EPIDEMIOLOGÍA
Vacuna contra el Dengue: ¿quiénes pueden inocularse y cuáles son los recaudos a tener en cuenta?
Actualmente no hay una recomendación por parte de los organismos de salud pública ni ha sido incorporada al calendario de vacunación por parte de Ministerio de Salud. Ignacio Bourlot, médico especialista en enfermedades infecciosas de Gualeguaychú, explicó los pro y contras que posee la vacuna contra el virus del Dengue en la actualidad.
Por Lautaro Silvera
El verano trajo la presencia del dengue como nunca antes se había dado. En Gualeguaychú, con las anteriores crecidas y la actual situación del repunte del rio, la situación se presentó mucho más propicia para la presencia del mosquito del dengue. Ante este aumento de casos sin precedentes en la ciudad, y en la región, muchas son las consultas sobre la vacuna contra el dengue. Hoy, en Argentina se encuentra fuera del calendario de vacunación por parte de Ministerio de Salud, y es está disponible solo en el mercado privado.
Ignacio Bourlot, médico especialista en enfermedades infecciosas, explicó para EL ARGENTINO cuales son las recomendaciones esenciales para la aplicación, y porqué el uso de la misma no sería el principio de solución en tiempos de propagación del virus.
Teniendo en cuenta la existencia de la vacuna contra el Dengue, ¿cuáles son las recomendaciones que hay que tener en cuenta sobre las aplicaciones de la misma?
La vacuna contra el dengue disponible (Qdenga) es una vacuna a virus vivo y atenuado, es decir son virus que han sido "suavizados" para que no nos produzcan la enfermedad y estimulen a nuestras defensas. Este tipo de vacunas no pueden ser aplicadas en algunos escenarios porque pueden ser riesgosas (niños muy pequeños o con enfermedades que bajen las defensas, adultos con defensas bajas por distintos motivos, pacientes con cáncer o sometidos a tratamientos inmunosupresores), su seguridad y eficacia no ha sido evaluada en algunos grupos como los menores de 4 años y mayores de 60 años por lo que su indicación debe ser muy bien evaluada.
Dicho al revés, podríamos usarla en niños y adultos entre 4 y 60 años sin condiciones predisponentes, con el objetivo de prevenir la infección por el virus del dengue, en especial el dengue grave.
¿La vacuna podría llegar a prevenir futuros brotes y propagación del virus del dengue?
Hoy por hoy, con la vacuna con la que contamos, de adquisición privada, y sin un lineamiento de salud publica, sirve más para una protección individual que poblacional, es decir, puede prevenir individualmente la enfermedad, especialmente en sus formas graves, más que a una población entera. Eso podrá suceder si se la incluye como parte de una estrategia integral de prevención de las enfermedades transmitidas por mosquitos (que no sólo incluye al dengue) y en los grupos específicos que la puedan recibir de manera masiva, todavía falta información para que se puedan tomar estas decisiones de salud pública, y la vacuna en nada remplaza a todas las medidas que todos conocemos para prevenir las picaduras de mosquitos y frenar la multiplicación de sus poblaciones. De algún modo podrían contribuir al evitar casos que puedan ser fuente de otras nuevas transmisiones, pero no aportan demasiado durante un brote y menos de la manera en la que se encuentra disponible.
Así como hay un calendario para la aplicación de muchas otras vacunas, ¿existe un momento indicado para la vacunación contra el dengue?
El momento de su aplicación es muy dependiente del lugar en el que la persona viva, de como sea la situación epidemiologica del dengue para esa región, y del objetivo por el que se la aplica, que podría ser previo a un viaje a una zona endémica y ahí será uno el momento apropiado, o para protección frente a un posible brote de dengue que esa zona pueda recorrer, como podría ser el caso de Gualeguaychú, que suelen darse al final del verano (febrero/marzo). También la edad del niño/a al que se la aplique se elegirá según datos de esa región, en general previo al pico de edad de incidencia en niños de esa población.
Si bien está aprobada la aplicación desde los 4 años en adelante, ¿cuáles son los casos en los que no conviene realizar la aplicación de la vacuna?
Los estudios de investigación que terminaron en la aprobación de esta vacuna por demostrar seguridad en su aplicación y eficacia clínica fueron realizados en niños y adolescentes de 4 a 16 años, luego se demostró por otro tipo de estudios que desarrollaba respuestas similares en adultos de hasta 60 años. Y todavía faltan más datos de eficacia en esta población. Poco sabemos de su seguridad y eficacia en adultos mayores de 60 años, aunque se está usando, parece ser segura y seguramente se vayan a informar más datos en los próximos meses. También, como dijimos anteriormente, no debe usarse en los grupos que no pueden recibir vacunas a virus vivos.
¿Por qué sería prudente poder esperar algunos meses a la espera de información adicional, lineamientos y una indicación más precisa con respecto a la vacuna?
Gualeguaychú, y toda nuestra región, nos da la oportunidad de poder esperar unos meses pues el comportamiento de la enfermedad es epidémico, es decir, se producen brotes en una época del año bastante bien definida.
En ese sentido y teniendo en cuenta que la protección que otorga la vacuna lleva unas semanas y requiere de un refuerzo a los 90 días, es posible esperar unos meses y ver si surge, como decíamos anteriormente, más información adicional de lo que llamamos el uso de la vacuna en "la vida real", es decir desde que se comercializa, no sólo lo establecido en estudios de investigación, que puedan hacer que hagamos una indicación más precisa e individualizada por la edad, y otros factores de riesgo. Incluso que pueda hacer que el paciente llegue con la protección más adecuada a esta época del año en la que aparecen los casos.
Es posible también que esta decisión esté avalada por algún lineamiento de salud pública nacional o provincial, o de las sociedades científicas (infectología, vacunología, medicina del viajero) que más manejan estos temas, dando más seguridad tanto a quienes las reciben, como a quienes las prescribimos.
Qué hacer y qué no hacer en casos de dengue
Para frenar el aumento de los casos es clave la acción individual y en conjunto, limpiar todos los lugares que registren humedad, o acumulación de agua es de suma importancia. También, quienes hayan sido infectados por el dengue, es sumamente importante que utilicen repelentes para no ser picados nuevamente. “El mosquito tiene la capacidad de transmitir el dengue, pero antes tuvo que haber picado a un humano que haya estado cursando la enfermedad. Cuando hay una sospecha un caso de dengue, los médicos le indicamos al paciente si o sí el uso del repelente. Suena insólito pero esto sirve para que no se genere un nuevo ciclo de enfermedad. Si nos aseguramos que la persona que tiene el virus en la sangre no la pique un nuevo poquito, se cortan nuevos ciclos”, explicó el especialista.
Evitar la automedicación. A veces, ante cualquier síntomas es muy común tomar antiinflamatorios, y después realizar una consulta médica. “En el dengue puede ser muy nocivo el uso de antiinflamatorios como el ibuprofeno, la aspirina u otro analgésico. Siempre motivar una consulta profesional, y evitar la automedicación. Una característica importante de este virus, es que muchos creen que es del campo; es decir de una población rural, y en realidad es que el dengue es una enfermedad bien urbana, porque si bien puede un paciente tener dengue en el campo, es mucho más probable que lo haya adquirido en la ciudad, porque tiene que haberlo picado un mosquito que no posee un área de vuelo amplia. A su vez el mosquito tuvo que haber picado antes a otras personas que estaban cruzando el cuadro”, concluyó el médico.