LOS BARRIOS COMO PROTAGONISTAS
Volvió la alegría popular con el arranque de los Corsos Matecito en Gualeguaychú
Este viernes se vivió la primera noche de los tradicionales corsos populares de la ciudad. Pasadas las 21:30 se realizó la apertura y corte de cinta en el circuito ubicado sobre Avenida Parque-Cándido Irazusta entre España y Montevideo.
La tradicional celebración de verano popular que comenzó este 26 de enero, continuará los días 2, 6, 18 y 23 de febrero, quedando el entierro del Carnaval para el día 1 de marzo.
Durante las 5 noches que dura este evento, las murgas y conjuntos carnavalescos harán su tradicional desfile por la Av Parque-Cándido Irazusta, llevando color y alegría a las familias y turistas que se hagan presentes en el lugar.
Los grupos que se presentaron fueron 9: En las presentaciones de Murga tradicional participarán: “Los Cocoliches” y “Los Joelitos”, mientras que en el estilo de Conjuntos Carnavalescos se presentarán: “Los Abuelos Divertidos”, “Los Caciques del Norte”, “Los Colombianos”, “Los Purretones”, “Los Revolucionarios”, “Mainumby” y “Vieja Fantasía”.
La entrada para locales a partir de los 12 años tiene un valor de $300, y para los turistas es de $1000. Se pueden adquirir en el momento en el lugar del evento, que cuenta además con cantinas para la venta de comida y bebida. Se recuerda a los vecinos que no se permitirá el ingreso con conservadoras y bebidas al lugar.
El Corso Matecito es la fiesta popular de la ciudad que nace a partir de las barriadas. La espuma, las lentejuelas, la alegría y el ingenio son algunos de sus elementos característicos. Se realizan sobre la Av Parque en la zona de Cándido Irazusta, en un circuito cercano al Corsódromo donde se desarrolla el Carnaval del País.
La corneta murguera es el instrumento musical autóctono de la ciudad de Gualeguaychú, y es a su vez el elemento distintivo de los corsos populares Matecito.
Este corso popular lleva el nombre de un payaso, el payaso “Matecito”, interpretado en cada carnaval por José Antonio Blanc. Matecito hacía reír, era parte esencial del carnaval y también solía salir a repartir caramelos por los barrios periféricos. Es su honor cada noche de febrero, las calles se llenan de color, diversión y lentejuelas para continuar esta tradición popular que forma parte de las raíces de nuestra ciudad.