Los muertos de Timerman, gozan de buena salud
Nuestro Canciller dijo que los problemas del pasado “han sido resueltos”, y remarcó que ambos gobiernos tienen “visión muy parecida de los temas” que enfrentan en relación con el irresuelto conflicto suscitado por la instalación de la pastera finlandesa en Fray Bentos. “El conflicto con Uruguay está enterrado. La relación es y será óptima”.
Los dichos de Timerman, son graves porque son mentira, pero también son graves porque dan letra para que avancen otros proyectos similares, como las pasteras en la provincia de Corrientes.
Desde el fondo de nuestra historia el unitarismo porteño ha pretendido marcarnos las políticas a los pueblos del interior, pero el conflicto por la instalación de Botnia-Upm exacerbó esta actitud hasta límites no conocidos.
Cuando los “porteños” no tenían ni idea de que se trataba, tuvimos que ir a explicarles lo que estaba ocurriendo, en esos tiempos el entonces Canciller Rafael Bielsa, reconoció que: “lo que sabía del tema lo había aprendido de la gente de Gualeguaychú”.
Los abogados de la Cancillería que con soberbia nos decían que:…” había que dejar instalar la pastera para después hacer los juicios”, hasta que entendieron por boca de los nuestros que existía el Principio Precautorio.
Posteriormente, al ver el pueblo masivamente movilizado, buscaron la foto y afirmaron:…”la causa de Gualeguaychú es una causa nacional”.
Mas tarde trataron por todos los medios de desmovilizarnos, llegando incluso a procesar a asambleístas como una forma de amedrentar al conjunto social.
Hoy tenemos estas declaraciones de Timerman, quién con un triunfalismo sin fundamento pretende sumar como un logro personal el haber “terminado el conflicto”.
Una vez mas los Unitarios se equivocan, una vez más subestiman las razones de la autonomía del Interior, una vez más nos quieren “poner la política”, una vez más serán desmentidos por la historia.
El conflicto no está resuelto, el conflicto recién comienza, por un lado estamos los pueblos de la Argentina profunda que hemos crecido amando nuestra naturaleza y nuestro hábitat y por otro quienes vienen a tomar por asalto nuestros recursos naturales, con la complicidad de los mercaderes locales, ansiosos por hacer “negocios” con los usurpadores de siempre.
* Por Fundavida
Desde el fondo de nuestra historia el unitarismo porteño ha pretendido marcarnos las políticas a los pueblos del interior, pero el conflicto por la instalación de Botnia-Upm exacerbó esta actitud hasta límites no conocidos.
Cuando los “porteños” no tenían ni idea de que se trataba, tuvimos que ir a explicarles lo que estaba ocurriendo, en esos tiempos el entonces Canciller Rafael Bielsa, reconoció que: “lo que sabía del tema lo había aprendido de la gente de Gualeguaychú”.
Los abogados de la Cancillería que con soberbia nos decían que:…” había que dejar instalar la pastera para después hacer los juicios”, hasta que entendieron por boca de los nuestros que existía el Principio Precautorio.
Posteriormente, al ver el pueblo masivamente movilizado, buscaron la foto y afirmaron:…”la causa de Gualeguaychú es una causa nacional”.
Mas tarde trataron por todos los medios de desmovilizarnos, llegando incluso a procesar a asambleístas como una forma de amedrentar al conjunto social.
Hoy tenemos estas declaraciones de Timerman, quién con un triunfalismo sin fundamento pretende sumar como un logro personal el haber “terminado el conflicto”.
Una vez mas los Unitarios se equivocan, una vez más subestiman las razones de la autonomía del Interior, una vez más nos quieren “poner la política”, una vez más serán desmentidos por la historia.
El conflicto no está resuelto, el conflicto recién comienza, por un lado estamos los pueblos de la Argentina profunda que hemos crecido amando nuestra naturaleza y nuestro hábitat y por otro quienes vienen a tomar por asalto nuestros recursos naturales, con la complicidad de los mercaderes locales, ansiosos por hacer “negocios” con los usurpadores de siempre.
* Por Fundavida
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