River venció a Boca y clasificó a la final de la Copa Sudamericana
Con lo justo, sin sobrarle nada y con la tensión que significa River Plate venció anoche a Boca Juniors por 1 a 0 y se clasificó a la final de la Copa Sudamericana, tras un partido que se disputó en el estadio Monumental ante más de 60 mil espectadores. El único gol del encuentro lo marcó el mediocampista Leonardo Pisculichi, a los 15 minutos del primer tiempo.
El conjunto "xeneize" tuvo la posibilidad de ponerse en ventaja a los 3 minutos de juego, cuando el arquero Marcelo Barovero le tapó un penal a Emmanuel Gigliotti.
El elenco "millonario" se tomó así una especie de revancha, luego de haber sido eliminado hace 10 años, por el mismo rival en las semifinales de la Copa Libertadores de América, y a la vez volverá a jugar una final luego de 11 años, tras haber perdido justamente la Sudamericana frente a Cienciano de Perú.
Además, los dirigidos por Marcelo Gallardo terminaron sin perder un superclásico en todo el 2014 de los siete disputados entre copas de verano, torneos locales y esta Copa Sudamericana.
El inicio del partido comenzó como nadie lo preveía, con un penal de Ariel Rojas a Meli, cuando solo se habían disputado 20 segundos de juego y todos se acomodaban en sus asientos.
El delantero Emanuel Gigliotti remató de manera, casi displicente, con el pie derecho, a la izquierda de Barovero, quien sacó con la mano derecha y evitó la caída de su valla.
Pero en esos primeros minutos vertiginosos, River sufrió las amonestaciones de Mercado y Ponzio, por protestar, y quedaron condicionados para un partido que se vio intenso desde el inicio.
A los 12 Boca tuvo una nueva ocasión de abrir el marcador, porque Carrizo rompió la línea del mediocampo "millonario" y su remate lo contuvo a medias Barovero, y el rebote le quedó a Gigliotti, pero el arquero le ahogó el grito de gol.
Mientras que a los 13 un centro de Pisculichi desde la izquierda le quedó a Sánchez, quien sin embargo remató muy alto.
Un campo de juego muy rápido, por el regado previo al cotejo y los nervios, hicieron que los errores se hicieran evidentes, sobre todo en la zona media y las defensas.
Pero a los 15, una jugada algo "sucia" terminó con un centro de Vangioni desde la izquierda y Pisculichi, entrando solo por el medio, colocó un preciso zurdazo lejos del alcance de Orión.
Muy trabado y friccionado, con intenciones de ir en busca del arco rival, pero sin acciones coordinadas para poder acceder a situaciones de riesgo, fue Boca el que con Carrizo y Meli propuso un partido de "golpe por golpe".
En ese sentido, River se mostró con irregularidades en algunas líneas, y solo Teo Gutiérrez puso claridad a tanto vértigo y ansiedad que el local evidenció.
Sin el circuito Vangioni-Rojas aceitado y con un Sánchez que peleó más de lo que intentó jugar, el equipo de Marcelo Gallardo careció de volumen de peso específico en terreno rival.
Sobre los 27 Pezzella cabeceó en el área boquense y Orión logró contener sin omplicaciones.
Demasiado recorrido aéreo tuvo el balón en la primera media hora, más por dudas y miedos que por criterio de juego, algo que hizo que el partido fuera emotivo, pero sin imágenes vistosas.
A los 38 Carrizo ejecutó un tiro libre desde la derecha y Calleri le ganó a todos en lo alto y su cabezazo se fue cerca del travesaño.
Llegar con situaciones claras, mano a mano, ante los arqueros, fue algo casi imposible, pero a los 42 Rojas envió un centro al área y Teo conectó de cabeza y Orión controló de manera perfecta.
Pero la respuesta llegó casi de inmediato, con un pase preciso de Meli al corazón del área, River marcó mal y el balón le quedó a Gigliotti, quien cabeceó apenas desviado junto al
palo izquierdo de Barovero.
En el complemento Boca salió decidido a buscar el partido, pero River se adelantó en el campo de juego y a los 7 Teo tuvo una ocasión, que él mismo se fabricó, pero el disparo se fue lejos. River apostó a apretar en el mediocampo, para quitarle el dominio que en el inicio tuvieron Meli y Carrizo, y utilizó con mayor asiduidad, para liberar las subidas de Sánchez por la derecha.
A los 10 Sánchez desbordó por derecha y el centro no pudo ser conectado por el colombiano Teo, en lo que se perfilaba la segunda conquista.
El mediocampo fue una zona de paso, porque el balón pasó muy rápido y el toque de primera de los "millonarios" eran la antítesis de un Boca que le costó encontrarse con el partido, en gran medida por la ausencia de Gago, quien dejó la cancha en el primer tiempo por lesión.
Boca fue con acciones individuales y el ímpetu que caracteriza al conjunto de Arruabarrena, para que River apostara al contragolpe, con los espacios que se generaron.
Sobre los 18 Pisculichi intentó sorprender de lejos a Orión que estuvo bien parado y luego fue un disparo de Teo que el arquero debió esforzarse para contener en dos tiempos.
El trabajo de Ponzio en el mediocampo le dio orden a River, sea cortando el pase o bien asistiendo a sus compañeros, mientras que Sánchez tuvo espacios para poder desbordar.
La necesidad de tener más conexión en la ofensiva obligó a Arruabarrena a realizar su segundo cambio, y metió a la potencia de Chávez y sacó a Fuenzalida, quien había reemplazado a Gago.
El paso de los minutos hizo modificar el esquema del partido, porque Boca se fue hacia campo rival, sabiendo que un solo gol lo depositaba en la final de la Copa, al tiempo que River -casi inconscientemente- se replegó de manera peligrosa para sus intenciones.
La posesión del balón fue el bien más preciado, pero claro está que no era tarea sencilla, por los nervios propios y aquellos que el rival transmitía, con pelotazos y jugadas un poco confusas.
Inteligente, Teo fue el más criterioso para "leer" el partido y a los 33 le bajó un balón a Sánchez, quien tras sacarse de encima a un rival elevó el remate desde afuera del área.
Obnubilado y sin la mente "fresca", sobre los últimos minutos, Sánchez tuvo espacios para llegar a posición de gol, pero decidió siempre mal en el remate final.
Jugado por jugado, Arruabarrena mandó al campo a Castellani para tener la precisión que Erbes no tuvo cuando se fue Gago, y Gallardo, en el final, metió la jugada "emblema" con el ingreso de Cavenaghi por Mora, pero también buscando algo de oxígeno cuando Solari suplió a Pisculichi.
Boca no renunció a ir al ataque, pero chocó más de lo que pudo filtrar pelotazos, ya que Chávez no entró conectado en el juego, en parte por que llegó algo "tocado" por una lesión.
El "xeneize" tuvo más el balón en el tiempo suplementario, y su único argumento en ese momento fue el centro al área, y ahí se planteó la situación del juego.
River tuvo alguna otra ocasión cuando Sánchez le ganó la posición a Díaz y quiso sorprender a Orión de emboquillada, y con un remate de Teo que se fue por encima del arco.
El elenco "millonario" se tomó así una especie de revancha, luego de haber sido eliminado hace 10 años, por el mismo rival en las semifinales de la Copa Libertadores de América, y a la vez volverá a jugar una final luego de 11 años, tras haber perdido justamente la Sudamericana frente a Cienciano de Perú.
Además, los dirigidos por Marcelo Gallardo terminaron sin perder un superclásico en todo el 2014 de los siete disputados entre copas de verano, torneos locales y esta Copa Sudamericana.
El inicio del partido comenzó como nadie lo preveía, con un penal de Ariel Rojas a Meli, cuando solo se habían disputado 20 segundos de juego y todos se acomodaban en sus asientos.
El delantero Emanuel Gigliotti remató de manera, casi displicente, con el pie derecho, a la izquierda de Barovero, quien sacó con la mano derecha y evitó la caída de su valla.
Pero en esos primeros minutos vertiginosos, River sufrió las amonestaciones de Mercado y Ponzio, por protestar, y quedaron condicionados para un partido que se vio intenso desde el inicio.
A los 12 Boca tuvo una nueva ocasión de abrir el marcador, porque Carrizo rompió la línea del mediocampo "millonario" y su remate lo contuvo a medias Barovero, y el rebote le quedó a Gigliotti, pero el arquero le ahogó el grito de gol.
Mientras que a los 13 un centro de Pisculichi desde la izquierda le quedó a Sánchez, quien sin embargo remató muy alto.
Un campo de juego muy rápido, por el regado previo al cotejo y los nervios, hicieron que los errores se hicieran evidentes, sobre todo en la zona media y las defensas.
Pero a los 15, una jugada algo "sucia" terminó con un centro de Vangioni desde la izquierda y Pisculichi, entrando solo por el medio, colocó un preciso zurdazo lejos del alcance de Orión.
Muy trabado y friccionado, con intenciones de ir en busca del arco rival, pero sin acciones coordinadas para poder acceder a situaciones de riesgo, fue Boca el que con Carrizo y Meli propuso un partido de "golpe por golpe".
En ese sentido, River se mostró con irregularidades en algunas líneas, y solo Teo Gutiérrez puso claridad a tanto vértigo y ansiedad que el local evidenció.
Sin el circuito Vangioni-Rojas aceitado y con un Sánchez que peleó más de lo que intentó jugar, el equipo de Marcelo Gallardo careció de volumen de peso específico en terreno rival.
Sobre los 27 Pezzella cabeceó en el área boquense y Orión logró contener sin omplicaciones.
Demasiado recorrido aéreo tuvo el balón en la primera media hora, más por dudas y miedos que por criterio de juego, algo que hizo que el partido fuera emotivo, pero sin imágenes vistosas.
A los 38 Carrizo ejecutó un tiro libre desde la derecha y Calleri le ganó a todos en lo alto y su cabezazo se fue cerca del travesaño.
Llegar con situaciones claras, mano a mano, ante los arqueros, fue algo casi imposible, pero a los 42 Rojas envió un centro al área y Teo conectó de cabeza y Orión controló de manera perfecta.
Pero la respuesta llegó casi de inmediato, con un pase preciso de Meli al corazón del área, River marcó mal y el balón le quedó a Gigliotti, quien cabeceó apenas desviado junto al
palo izquierdo de Barovero.
En el complemento Boca salió decidido a buscar el partido, pero River se adelantó en el campo de juego y a los 7 Teo tuvo una ocasión, que él mismo se fabricó, pero el disparo se fue lejos. River apostó a apretar en el mediocampo, para quitarle el dominio que en el inicio tuvieron Meli y Carrizo, y utilizó con mayor asiduidad, para liberar las subidas de Sánchez por la derecha.
A los 10 Sánchez desbordó por derecha y el centro no pudo ser conectado por el colombiano Teo, en lo que se perfilaba la segunda conquista.
El mediocampo fue una zona de paso, porque el balón pasó muy rápido y el toque de primera de los "millonarios" eran la antítesis de un Boca que le costó encontrarse con el partido, en gran medida por la ausencia de Gago, quien dejó la cancha en el primer tiempo por lesión.
Boca fue con acciones individuales y el ímpetu que caracteriza al conjunto de Arruabarrena, para que River apostara al contragolpe, con los espacios que se generaron.
Sobre los 18 Pisculichi intentó sorprender de lejos a Orión que estuvo bien parado y luego fue un disparo de Teo que el arquero debió esforzarse para contener en dos tiempos.
El trabajo de Ponzio en el mediocampo le dio orden a River, sea cortando el pase o bien asistiendo a sus compañeros, mientras que Sánchez tuvo espacios para poder desbordar.
La necesidad de tener más conexión en la ofensiva obligó a Arruabarrena a realizar su segundo cambio, y metió a la potencia de Chávez y sacó a Fuenzalida, quien había reemplazado a Gago.
El paso de los minutos hizo modificar el esquema del partido, porque Boca se fue hacia campo rival, sabiendo que un solo gol lo depositaba en la final de la Copa, al tiempo que River -casi inconscientemente- se replegó de manera peligrosa para sus intenciones.
La posesión del balón fue el bien más preciado, pero claro está que no era tarea sencilla, por los nervios propios y aquellos que el rival transmitía, con pelotazos y jugadas un poco confusas.
Inteligente, Teo fue el más criterioso para "leer" el partido y a los 33 le bajó un balón a Sánchez, quien tras sacarse de encima a un rival elevó el remate desde afuera del área.
Obnubilado y sin la mente "fresca", sobre los últimos minutos, Sánchez tuvo espacios para llegar a posición de gol, pero decidió siempre mal en el remate final.
Jugado por jugado, Arruabarrena mandó al campo a Castellani para tener la precisión que Erbes no tuvo cuando se fue Gago, y Gallardo, en el final, metió la jugada "emblema" con el ingreso de Cavenaghi por Mora, pero también buscando algo de oxígeno cuando Solari suplió a Pisculichi.
Boca no renunció a ir al ataque, pero chocó más de lo que pudo filtrar pelotazos, ya que Chávez no entró conectado en el juego, en parte por que llegó algo "tocado" por una lesión.
El "xeneize" tuvo más el balón en el tiempo suplementario, y su único argumento en ese momento fue el centro al área, y ahí se planteó la situación del juego.
River tuvo alguna otra ocasión cuando Sánchez le ganó la posición a Díaz y quiso sorprender a Orión de emboquillada, y con un remate de Teo que se fue por encima del arco.
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