Un triunfo en toda la cancha
Con un despliegue más acorde a su estilo de juego, la Selección argentina solventó su victoria ante Corea del Sur ganándole en todos los sectores de la cancha y demostrando que la capacidad goleadora de sus delanteros está intacta.
Porque si bien el gol coreano puso un toque de incertidumbre, la solidez de la última línea y el buen trabajo por los
costados -la gran falencia ante Nigeria- le dio a la Argentina una victoria para ponerle una pizca de realidad a su ilusión.
Prueba de ello es la cantidad de kilómetros que corrieron tanto Maxi Rodríguez -de aceptable desempeño- y Angel Di María, con más de 10 km cada uno, y la intensidad que esta vez sí incluyó desborde.
Sin la presión del debut, "Fideo" Di María disfrutó de estar en un Mundial, tiró dos caños deliciosos y se movió con más
libertad por el frente de ataque, no tan atado a la izquierda.
Desde atrás hacia adelante, Argentina no tuvo fisuras. Pese a la desafortunada confianza de Demichelis en el cierre de la primera mitad, Diego Maradona logró potenciar aún más al equipo.
En el mediodía frío de Johannesburgo, el calor lo puso la delantera argentina: Tevez con su entrega, Messi con sus encares e Higuaín con sus goles. ¡Cuánto lo necesitaba "Pipita"! Las once situaciones de gol desperdiciadas ante el conjunto nigeriano se multiplicaron ante Corea, pese a que en la previa aparecía como un equipo mucho más disciplinado en la contención.
Pero no hay que equivocarse, porque el mérito fue pura y exclusivamente argentino. Sin el "cerebro" de Verón en cancha,
Argentina capitalizó cada hueco libre, por el centro y por las bandas, donde el tándem Maxi y Jonás bastó para manejar los tiempos del balón.
La soledad de Mascherano en el medio no se notó. Su siempre buena ubicación alcanzó para anular a Ji Sung Park, que en el segundo tiempo trató de tirarse a la izquierda pero tampoco generó peligro.
Maxi fue la rueda de auxilio que necesitaba Jonás, que hasta en un solo tiempo pasó más al ataque que en todo el partido ante Nigeria.
La salida de Samuel ni se sintió: Burdisso -a quien Diego le había avisado que estuviera preparado para jugar en cualquier posición- fue simple y nunca perdió en la marca.
Heinze y Romero no dudaron. El "Gringo" no tuvo fisuras y a "Chiquito" -quien no tuvo responsabilidad en el gol- lo
exigieron más que con Nigeria y respondió. Tuvo una presión clave sobre el jugador en la jugada en la que obligó a Ki Hun Yeom a tirarla afuera.
De atrás para adelante y de adelante para atrás, Argentina aumenta un trabajo compacto, en el que cada uno conoce su rol y, hasta el momento, lo lleva a cabo a la perfección.
costados -la gran falencia ante Nigeria- le dio a la Argentina una victoria para ponerle una pizca de realidad a su ilusión.
Prueba de ello es la cantidad de kilómetros que corrieron tanto Maxi Rodríguez -de aceptable desempeño- y Angel Di María, con más de 10 km cada uno, y la intensidad que esta vez sí incluyó desborde.
Sin la presión del debut, "Fideo" Di María disfrutó de estar en un Mundial, tiró dos caños deliciosos y se movió con más
libertad por el frente de ataque, no tan atado a la izquierda.
Desde atrás hacia adelante, Argentina no tuvo fisuras. Pese a la desafortunada confianza de Demichelis en el cierre de la primera mitad, Diego Maradona logró potenciar aún más al equipo.
En el mediodía frío de Johannesburgo, el calor lo puso la delantera argentina: Tevez con su entrega, Messi con sus encares e Higuaín con sus goles. ¡Cuánto lo necesitaba "Pipita"! Las once situaciones de gol desperdiciadas ante el conjunto nigeriano se multiplicaron ante Corea, pese a que en la previa aparecía como un equipo mucho más disciplinado en la contención.
Pero no hay que equivocarse, porque el mérito fue pura y exclusivamente argentino. Sin el "cerebro" de Verón en cancha,
Argentina capitalizó cada hueco libre, por el centro y por las bandas, donde el tándem Maxi y Jonás bastó para manejar los tiempos del balón.
La soledad de Mascherano en el medio no se notó. Su siempre buena ubicación alcanzó para anular a Ji Sung Park, que en el segundo tiempo trató de tirarse a la izquierda pero tampoco generó peligro.
Maxi fue la rueda de auxilio que necesitaba Jonás, que hasta en un solo tiempo pasó más al ataque que en todo el partido ante Nigeria.
La salida de Samuel ni se sintió: Burdisso -a quien Diego le había avisado que estuviera preparado para jugar en cualquier posición- fue simple y nunca perdió en la marca.
Heinze y Romero no dudaron. El "Gringo" no tuvo fisuras y a "Chiquito" -quien no tuvo responsabilidad en el gol- lo
exigieron más que con Nigeria y respondió. Tuvo una presión clave sobre el jugador en la jugada en la que obligó a Ki Hun Yeom a tirarla afuera.
De atrás para adelante y de adelante para atrás, Argentina aumenta un trabajo compacto, en el que cada uno conoce su rol y, hasta el momento, lo lleva a cabo a la perfección.
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