Aniversario del Registro Civil
El 1º de septiembre se cumple un nuevo aniversario de la creación del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Se trata de un organismo clave del Estado y para vivir en sociedad, dado que su objetivo primario es “registrar todos los actos o hechos que den origen, alteren o modifiquen el estado civil o la capacidad de las personas”.
Esta definición no es otra cosa que tener la facultad legal para inscribir los nacimientos, matrimonios, defunciones y otros actos complementarios como reconocimientos, adopciones, divorcios, ausencia con presunción de fallecimiento, rectificaciones y anulaciones, entre otras circunstancias.
En Entre Ríos existen 66 oficinas seccionales, siete delegaciones de centros asistenciales, tres centrales identificatorias y un archivo general, de acuerdo a la información oficial que obra sobre el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Es menester aclarar que cada una de estas Oficinas Seccionales posee a su vez su propio archivo. Este organismo cumple con las funciones que delega el Registro Nacional de las Personas en cuanto “a la clasificación e identificación del potencial humano, mediante la captación de datos para el registro de los antecedentes de mayor importancia desde el nacimiento y a través de las distintas etapas de la vida”.
La historia provincial enseña que fue el Concejo Deliberante Municipal de Colón, creado el 23 de marzo de 1873, quien trata el Proyecto de creación del Registro Civil, el 13 de abril de ese año y su autor fue Emilio Pons. En esa norma se abordaron ya las disposiciones generales, el registro de nacimientos, el registro de matrimonios, el registro de defunciones y las disposiciones complementarias. Y entró en plena vigencia el 1º de mayo 1873. Se trae a la memoria este dato porque esta Ordenanza es la primera disposición orgánica que se dictó a nivel país y casi integral en esta materia tan sensible como es el registro de los hechos y actos de la vida de un individuo que vive en sociedad.
El Registro Civil se termina de organizar de manera definitiva en Entre Ríos mediante la Ley del 1º de septiembre de 1867 y por eso se toma esa fecha como aniversario de su creación.
Y así como se reconoce que la principal función del Registro Civil es identificar y registrar los actos y hechos que den origen, alteren o modifiquen el estado civil, del mismo modo hay que reconocer que se trata de un organismo dinámico y que a medida que la sociedad va avanzando en determinados temas, debe adecuarse a ellos.
Cuando se dimensiona que gracias a ese registro se sostienen muchos hechos jurídicos como el nacimiento, al estado civil, el registro de la muerte y otros actos como el matrimonio, el divorcio, la nulidad, la adopción de hijos, se comprende mucho mejor la ardua y compleja tarea que su personal lleva adelante, todos los días.
Por eso se define que el Registro Civil es una institución del Derecho de Familia y conforme al Código Civil es la institución pública que hace constar la posición jurídica de las personas.
El Registro Civil es la institución pública en donde se inscriben de manera particular los hechos fundamentales relativos al ser humano y a partir de ello, el reconocimiento legal de cada individuo. Valorarlo es valorarse.
Esta definición no es otra cosa que tener la facultad legal para inscribir los nacimientos, matrimonios, defunciones y otros actos complementarios como reconocimientos, adopciones, divorcios, ausencia con presunción de fallecimiento, rectificaciones y anulaciones, entre otras circunstancias.
En Entre Ríos existen 66 oficinas seccionales, siete delegaciones de centros asistenciales, tres centrales identificatorias y un archivo general, de acuerdo a la información oficial que obra sobre el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Es menester aclarar que cada una de estas Oficinas Seccionales posee a su vez su propio archivo. Este organismo cumple con las funciones que delega el Registro Nacional de las Personas en cuanto “a la clasificación e identificación del potencial humano, mediante la captación de datos para el registro de los antecedentes de mayor importancia desde el nacimiento y a través de las distintas etapas de la vida”.
La historia provincial enseña que fue el Concejo Deliberante Municipal de Colón, creado el 23 de marzo de 1873, quien trata el Proyecto de creación del Registro Civil, el 13 de abril de ese año y su autor fue Emilio Pons. En esa norma se abordaron ya las disposiciones generales, el registro de nacimientos, el registro de matrimonios, el registro de defunciones y las disposiciones complementarias. Y entró en plena vigencia el 1º de mayo 1873. Se trae a la memoria este dato porque esta Ordenanza es la primera disposición orgánica que se dictó a nivel país y casi integral en esta materia tan sensible como es el registro de los hechos y actos de la vida de un individuo que vive en sociedad.
El Registro Civil se termina de organizar de manera definitiva en Entre Ríos mediante la Ley del 1º de septiembre de 1867 y por eso se toma esa fecha como aniversario de su creación.
Y así como se reconoce que la principal función del Registro Civil es identificar y registrar los actos y hechos que den origen, alteren o modifiquen el estado civil, del mismo modo hay que reconocer que se trata de un organismo dinámico y que a medida que la sociedad va avanzando en determinados temas, debe adecuarse a ellos.
Cuando se dimensiona que gracias a ese registro se sostienen muchos hechos jurídicos como el nacimiento, al estado civil, el registro de la muerte y otros actos como el matrimonio, el divorcio, la nulidad, la adopción de hijos, se comprende mucho mejor la ardua y compleja tarea que su personal lleva adelante, todos los días.
Por eso se define que el Registro Civil es una institución del Derecho de Familia y conforme al Código Civil es la institución pública que hace constar la posición jurídica de las personas.
El Registro Civil es la institución pública en donde se inscriben de manera particular los hechos fundamentales relativos al ser humano y a partir de ello, el reconocimiento legal de cada individuo. Valorarlo es valorarse.
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