Cuando se pierden los escrúpulos
En medio de la euforia que suscitaron los festejos del Bicentenario, donde un pueblo lanzado a la ella abogó por la unidad de todos los argentinos y sobre todo por el fin de los agravios mutuos para empezar la cicatrización de todas las heridas, a un mes de aquellos festejos estruendosos nos encontramos con un cuadro de situación similar a la que imperaba antes del 25 de Mayo.
La comprensión y los escrúpulos dan toda la impresión de haberse ido al diablo, según una conocida expresión popular, siendo de lamentar que los voceros de esta actitud ruinosa atentatoria de la unidad nacional sean quienes ejercen el poder de la República casi omnipotentes, algunos de ellos usando y abusando de la impunidad que le dan los fueros. Pero lo que más ofende es, por ejemplo, el brutal ensañamiento del señor Néstor Kirchner y del Jefe de Gabinete contra el socio principal de "Clarín" -Héctor Magnetto- al punto de haber caído en la obnubilación total a la hora de atacar a un enfermo terminal.
El ex presidente ha llamado "delincuente" a Magnetto, y Fernández y lo ha calificado de "perverso y sinvergüenza". Cuesta creer que hombres públicos carezcan del más elemental de la condición humana como es la falta de escrúpulos para respetar a otro ser humano que el único "delito" que comete es pensar distinto y no ser carnero de Panurgo para satisfacer la enfermiza vanidad de los gobernantes de turno.
Mal que les pese a ciertos mandones decididos de amordazar al periodismo independiente formando corporaciones comunicacionales al mejor estilo de Hugo Chávez, aquellos periodistas que hemos optado por ser libres y no asalariados del poder a tantos ataques oficialistas les respondemos que los medios de comunicación ESTAMOS PARA INFORMAR Y NO PARA OCULTARO O PUBLICAR LO QUE EL GOBIERNO QUIERE". No ES apelando al miedo como será silenciado el periodismo enamorado con la verdad, VERDAD que, como acaba de expresar el colega Magnetto, NO SE PUEDE TAPAR NI DESVIAR CON INSULTOS Y AMENAZAS.
El ex presidente ha llamado "delincuente" a Magnetto, y Fernández y lo ha calificado de "perverso y sinvergüenza". Cuesta creer que hombres públicos carezcan del más elemental de la condición humana como es la falta de escrúpulos para respetar a otro ser humano que el único "delito" que comete es pensar distinto y no ser carnero de Panurgo para satisfacer la enfermiza vanidad de los gobernantes de turno.
Mal que les pese a ciertos mandones decididos de amordazar al periodismo independiente formando corporaciones comunicacionales al mejor estilo de Hugo Chávez, aquellos periodistas que hemos optado por ser libres y no asalariados del poder a tantos ataques oficialistas les respondemos que los medios de comunicación ESTAMOS PARA INFORMAR Y NO PARA OCULTARO O PUBLICAR LO QUE EL GOBIERNO QUIERE". No ES apelando al miedo como será silenciado el periodismo enamorado con la verdad, VERDAD que, como acaba de expresar el colega Magnetto, NO SE PUEDE TAPAR NI DESVIAR CON INSULTOS Y AMENAZAS.
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