Drogas, ese flagelo que nunca termina
La noticia impactó por sus implicados. En allanamientos simultáneos realizados en Concordia y Villaguay, la Dirección de Toxicología de la Policía de Entre Rïos secuestró drogas y dinero en efectivo en manos de una banda integrada por militares voluntarios.
De las viviendas se secuestraron por lo menos doce kilos de marihuana, además de teléfonos celulares y dinero en efectivo.
Como consecuencia de estos hechos, hay seis personas detenidas: uno de Concordia y otros cinco militares de Villaguay, más una séptima persona que sería la esposa de uno de ellos.
Además de la marihuana, se secuestraron elementos de corte y otros utilizados para fraccionar y vender, como una balanza, y la suma de catorce mil pesos en efectivo. Incluso fue allanada la guarnición militar de Villaguay.
Hace pocos meses atrás, se conoció la noticia de que una persona dependiente del Servicio Penitenciario Provincial había quedado detenido en Corrientes, luego de trasladar drogas en un ataúd.
Estos ejemplos son suficientes para demostrar que en muchas instituciones está metido este flagelo y que torna aún más difícil su erradicación.
El consumo de drogas, tanto legales como ilegales, hoy por hoy es un grave problema en términos de salud, pero también de seguridad. Debe ser uno de los problemas más importantes por sus riesgos, consecuencias y los daños asociados que el consumo genera.
Muchos de los hechos de violencia que han impactado en la sociedad han tenido como escenario el mercado ilegal de drogas. Amén de los dramas familiares que se suscitan, la mayoría de las veces sin poder contar con una ayuda integral.
Teniendo presente los casos de estos militares o del penitenciario, el vaso se puede observar medio vacío o medio lleno. Porque también es un hecho de la realidad que el accionar de la Policía logró desbaratar en principio estas bandas. Pero al mismo tiempo, se trata siempre de eslabones de una cadena que son fácilmente reemplazados. De hecho, seguramente ya fueron reemplazados.
El poder es inmenso, tanto que contamina las propias instituciones, a veces hasta de la propia Justicia.
Es preocupante que quienes deben combatir el delito, lo generen. La droga en Entre Ríos castiga muy duro a generaciones enteras. Pareciera que nunca se puede atrapar a los verdaderos líderes del narcotráfico. Es imperioso frenar la distribución y fabricación de la droga dentro del territorio provincial y nacional.
La situación es muy preocupante, porque los cabecillas de estas organizaciones casi nunca son rozados por el peso de la ley. Pareciera que este flagelo, que crece año tras año, es casi imposible de erradicar.
No hay que ser ingenuos y darse cuenta que la inseguridad se combina con el narcotráfico. Además de la actividad delictiva en sí misma, la intoxicación hace estragos especialmente en adolescentes y jóvenes.
Si bien se carecen de estadísticas serias y oficiales, se puede inferir que la prevalencia anual del uso indebido de drogas va en aumento y ese crecimiento no lo detiene nadie.
Gualeguaychú no escapa a estas situaciones y es evidente que el consumo también va en aumento a medida que pasa el tiempo.
Como consecuencia de estos hechos, hay seis personas detenidas: uno de Concordia y otros cinco militares de Villaguay, más una séptima persona que sería la esposa de uno de ellos.
Además de la marihuana, se secuestraron elementos de corte y otros utilizados para fraccionar y vender, como una balanza, y la suma de catorce mil pesos en efectivo. Incluso fue allanada la guarnición militar de Villaguay.
Hace pocos meses atrás, se conoció la noticia de que una persona dependiente del Servicio Penitenciario Provincial había quedado detenido en Corrientes, luego de trasladar drogas en un ataúd.
Estos ejemplos son suficientes para demostrar que en muchas instituciones está metido este flagelo y que torna aún más difícil su erradicación.
El consumo de drogas, tanto legales como ilegales, hoy por hoy es un grave problema en términos de salud, pero también de seguridad. Debe ser uno de los problemas más importantes por sus riesgos, consecuencias y los daños asociados que el consumo genera.
Muchos de los hechos de violencia que han impactado en la sociedad han tenido como escenario el mercado ilegal de drogas. Amén de los dramas familiares que se suscitan, la mayoría de las veces sin poder contar con una ayuda integral.
Teniendo presente los casos de estos militares o del penitenciario, el vaso se puede observar medio vacío o medio lleno. Porque también es un hecho de la realidad que el accionar de la Policía logró desbaratar en principio estas bandas. Pero al mismo tiempo, se trata siempre de eslabones de una cadena que son fácilmente reemplazados. De hecho, seguramente ya fueron reemplazados.
El poder es inmenso, tanto que contamina las propias instituciones, a veces hasta de la propia Justicia.
Es preocupante que quienes deben combatir el delito, lo generen. La droga en Entre Ríos castiga muy duro a generaciones enteras. Pareciera que nunca se puede atrapar a los verdaderos líderes del narcotráfico. Es imperioso frenar la distribución y fabricación de la droga dentro del territorio provincial y nacional.
La situación es muy preocupante, porque los cabecillas de estas organizaciones casi nunca son rozados por el peso de la ley. Pareciera que este flagelo, que crece año tras año, es casi imposible de erradicar.
No hay que ser ingenuos y darse cuenta que la inseguridad se combina con el narcotráfico. Además de la actividad delictiva en sí misma, la intoxicación hace estragos especialmente en adolescentes y jóvenes.
Si bien se carecen de estadísticas serias y oficiales, se puede inferir que la prevalencia anual del uso indebido de drogas va en aumento y ese crecimiento no lo detiene nadie.
Gualeguaychú no escapa a estas situaciones y es evidente que el consumo también va en aumento a medida que pasa el tiempo.
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