El carnaval de la gente
Pocas ediciones del Carnaval del País se han vivido como la de este 2015. Los presidentes de los clubes, los responsables e integrantes de las comparsas y quienes tienen a cargo la organización integral del espectáculo han dado una nueva perspectiva, que por el momento está dando muy buenos resultados.
Hay varios aspectos a destacar en ese horizonte. Sin que implique un orden de prioridad, se puede enumerar el gran acierto de ser respetuosos de los tiempos y el compromiso innegociable de comenzar el Carnaval a horario.
No es menor este tema, y para adelante obligará a los espectadores –especialmente a los locales- a estar en el Corsódromo con la debida antelación para vivir el Carnaval de manera completo.
Que el espectáculo comience a las 22:30 y esté finalizando a las dos de la madrugada, es una iniciativa que debe valorarse, porque de hecho fue una demanda colectiva a la que durante años nunca se le pudo encontrar una solución. Parece algo simple, pero no es una simpleza. Esto implica tener capacidad de previsión en una organización que tiene, por naturaleza, múltiples situaciones simultáneas que atender.
El otro acierto está vinculado a un aspecto que hace al espíritu de Gualeguaychú: el sentido solidario que también tiene esta fiesta a cielo abierto. No se trata ya de las consecuencias del éxito del Carnaval que derivan en el sostenimiento de las actividades de los clubes, especialmente en su labor educativa y deportiva. Se trata, por ejemplo, de la iniciativa de sumarse para juntar tapitas para el hospital de pediatría “Doctor Juan Pedro Garrahan”.
En la segunda noche fue evidente la adhesión del público local (para ellos estuvo destinada la iniciativa) y muchos vecinos vivieron el espectáculo de manera accesible: 2.500 entradas locales así lo atestiguan para una segunda noche que tuvo poco más de 17 mil espectadores y que fue considerada como histórica, de acuerdo al promedio comparativo de otros años.
Entre los grandes cambios también hay que señalar la labor de Prensa, que esta vez elimina todos los obstáculos para que la información llegue a los lectores de la mejor manera. Y además, está conquistando espacios más allá de la frontera local, lo que permite promocionar ya no sólo al Carnaval sino a toda Gualeguaychú.
Otro aspecto saludable y que seguramente rendirá muchos más frutos es el fervor que expresan los vecinos para acompañar al Carnaval. Hacía muchos años que no se vivía esta suerte de apropiación o empoderamiento de uno de los espectáculos símbolos de la provincia y la región y que es considerado el más grande organizado a cielo abierto durante el verano.
Que los vecinos lo vivan y los sientan como algo propio es el resultado de un paradigma organizativo que ha privilegiado lo local, tal vez como nunca antes. Tal vez este aspecto deba ser leído como una de las inyecciones que necesitaba esta compleja organización para seguir creciendo, luego de haber alcanzado los horizontes más exigentes en materia de éxitos.
Respeto por el horario, mejor organización integral, buena labor de prensa, el sentido solidario en una actividad comercial y que los vecinos vuelvan a apropiarse del Carnaval, permiten mirar el futuro con mayores esperanzas. Y esto es mucho más valioso que el balance final económico. Ya no se trata de precio, sino de valores.
No es menor este tema, y para adelante obligará a los espectadores –especialmente a los locales- a estar en el Corsódromo con la debida antelación para vivir el Carnaval de manera completo.
Que el espectáculo comience a las 22:30 y esté finalizando a las dos de la madrugada, es una iniciativa que debe valorarse, porque de hecho fue una demanda colectiva a la que durante años nunca se le pudo encontrar una solución. Parece algo simple, pero no es una simpleza. Esto implica tener capacidad de previsión en una organización que tiene, por naturaleza, múltiples situaciones simultáneas que atender.
El otro acierto está vinculado a un aspecto que hace al espíritu de Gualeguaychú: el sentido solidario que también tiene esta fiesta a cielo abierto. No se trata ya de las consecuencias del éxito del Carnaval que derivan en el sostenimiento de las actividades de los clubes, especialmente en su labor educativa y deportiva. Se trata, por ejemplo, de la iniciativa de sumarse para juntar tapitas para el hospital de pediatría “Doctor Juan Pedro Garrahan”.
En la segunda noche fue evidente la adhesión del público local (para ellos estuvo destinada la iniciativa) y muchos vecinos vivieron el espectáculo de manera accesible: 2.500 entradas locales así lo atestiguan para una segunda noche que tuvo poco más de 17 mil espectadores y que fue considerada como histórica, de acuerdo al promedio comparativo de otros años.
Entre los grandes cambios también hay que señalar la labor de Prensa, que esta vez elimina todos los obstáculos para que la información llegue a los lectores de la mejor manera. Y además, está conquistando espacios más allá de la frontera local, lo que permite promocionar ya no sólo al Carnaval sino a toda Gualeguaychú.
Otro aspecto saludable y que seguramente rendirá muchos más frutos es el fervor que expresan los vecinos para acompañar al Carnaval. Hacía muchos años que no se vivía esta suerte de apropiación o empoderamiento de uno de los espectáculos símbolos de la provincia y la región y que es considerado el más grande organizado a cielo abierto durante el verano.
Que los vecinos lo vivan y los sientan como algo propio es el resultado de un paradigma organizativo que ha privilegiado lo local, tal vez como nunca antes. Tal vez este aspecto deba ser leído como una de las inyecciones que necesitaba esta compleja organización para seguir creciendo, luego de haber alcanzado los horizontes más exigentes en materia de éxitos.
Respeto por el horario, mejor organización integral, buena labor de prensa, el sentido solidario en una actividad comercial y que los vecinos vuelvan a apropiarse del Carnaval, permiten mirar el futuro con mayores esperanzas. Y esto es mucho más valioso que el balance final económico. Ya no se trata de precio, sino de valores.
Este contenido no está abierto a comentarios