El noble oficio de comunicarnos
Hoy se recuerda en la Argentina el Día del Periodista.Y adviértase que no hablamos de celebrar nuestro día recordando las serias dificultades que afrontamos hoy los que un día elegimos el noble oficio de comunicarnos.
Desde el tiempo de los heraldos, el hombre sintió la necesidad de estar comunicado con el otro en una mutua transferencia de ideas, informaciones y opiniones, aunque esto último fuera lo que la tornó en una profesión peligrosa.
La Argentina no es la excepción. De un tiempo a esta parte, ejercer el periodismo supone exponerse a sensibles contratiempos y dificultades para cumplir con la obligación primaria de informar. ¡Ni hablar cuando ingresamos en el árido terreno de opinar contrariando la opinión de los que gobiernan!
En este sentido, no pasa desapercibido el hecho de que un centenario rotativo nacional sea sistemáticamente criticado en el atril presidencial constituyéndose en una sutil presión destinada a acotar la libertad de expresión.
No menos relevante es el hecho de que el actual titular del Poder Ejecutivo Nacional se haya negado desde el primer día a ofrecer una sola conferencia de prensa, lo cual puede interpretarse de una sola forma: el poder político tiene a menos a los periodistas
argentinos, que además deben resignarse a ser señalados por el hecho de no ser "colaboracionistas" con la actual administración,.
Pese a carecer de motivos valederos para celebrar nuestro día, lo mismo nos sirve para que como profesionales que buscamos hacer de la verdad un culto, nos comprometamos con la sociedad a sumar nuestro esfuerzo y vocación para mejorar la calidad de nuestra comunicación con todos, incluso con aquellos que siendo un accidente en la vida de la República se resisten a creer en el valor moral de una opinión sana, que busca solamente el bien común y no el bien transitorio de unos pocos.
Nuestro festejo, íntimo y recoleto, consistirá en no arriar aquellas banderas que un día nos legó Moreno, para ponerlas al servicio de aquella patria incipiente que vuelve a convocarnos para sostenerla en el trípode Dios, Patria y Libertad.
Este contenido no está abierto a comentarios