El Padre
Hoy es el Día del Padre, jornada que invita a una reflexión serena como profunda.
Al menos, en las actuales circunstancias no es un día más, sino un alto en el camino para repensar en el rol protagónico que cumple en el quehacer de la República ese hombre sobre cuyas espaldas recae todo el peso del esfuerzo nacional como promotor de la empresa común representada en el país de todos.
Las actuales son horas difíciles y plenas de rotundos interrogantes de cara a un futuro que es, en el fondo, un desafìo histórico en lo que hace a las crecientes dificultades para poder asegurarle a la familia un presente que a su vez garantice la dignidad de la persona y de cada uno de los componentes del núcleo familiar.
Esa dignidad debe tutelar la salud, la educación y la plenitud de los derechos humanos, tal como el poder disponer de una vivienda digna y del más amplio abanico en cuanto a servicios tan primarios como esenciales, como los sanitarios, la luz, el gas, etc.
Dentro de ese contexto familiar, la figura del padre adquiere una dimensión especial y extraordinaria porque al ser la brújula del hogar, en el descansa la seguridad, la estabilidad y el desarrollo de una familia bien constituida, alejada en lo posible de problemas y vicisitudes que conspiren contra su integridad y la unidad constitutiva que se despliega de una felicidad siempre esperanzada.
Hay que reconocer que aquellos atributos se encuentran seriamente comprometidos a partir de algunas escaramuzas sociales que les impiden a los padres sentirse conformes y satisfechos a consecuencia de ingresos exiguos y por ende lejos de ser justos. Ingresos que, para colmo de males, son arruinados por un proceso inflacionario que, poco o mucho, constituye en si mismo una dura hipoteca del futuro de la familia.
No obstante aquellos remezones sociales que ponen a prueba el temple del hombre republicano, el Padre argentino es ejemplo de tenacidad. Un espíritu que forjado en pruebas constantes, jamás es sorprendido bajando los brazos, sino de pie frente a todas las adversidades.
A ese hombre forjado, luchador y sostenido en sólidos cimientos morales le rendimos en este día nuestro más sentido y sincero homenaje, convencidos de que con la harina de su sudor cotidiano se amasa el pan sabroso con que se alimenta la patria.
Síntesis: A ese hombre forjado, luchador y sostenido en sólidos cimientos morales le rendimos en este día nuestro más sentido y sincero homenaje, convencidos de que con la harina de su sudor cotidiano se amasa el pan sabroso con que se alimenta la patria.
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