La difusa Región Centro
La Región Centro está integrada por Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe. Entre Ríos gobernada por el kirchnerismo, Córdoba por un justicialismo híbrido y acomodaticio y Santa Fe por el socialismo.
Si bien se trata de una región creada políticamente, su destino es armonizar los criterios integrales vinculados con el desarrollo de las comunidades más allá de las diferencias geográficas.
La producción, la administración del agua, el deporte, la infraestructura, la educación y el comercio exterior, deberían ser temas de agenda cotidiana entre los tres mandatarios; pero es evidente que la falta de diálogo impide los consensos y así cada provincia debe valerse de sus propios esfuerzos para traccionar el desarrollo.
Es cierto que la Región Centro cuenta con un organismo interprovincial que tiene como objetivo la integración regional y la idea es que cada provincia ayude a consolidar el perfil productivo de las demás, armonizando los criterios no sólo para que los tres Estados se articulen mejor, sino también con las provincias vecinas, principalmente Buenos Aires. Pero es evidente que a tres décadas de la recuperación de la democracia, todavía la política es un compartimento estanco que impide avanzar en la diversidad de ideas y pertenencias.
Es una pena que los tres Estados provinciales no puedan unir sus esfuerzos para alentar el desarrollo de los protagonistas centrales de la propia comunidad como son las Cámaras empresarias, industriales, agropecuarias y especialmente en el campo educativo a través de las universidades públicas y privadas.
Es evidente que queda mucho camino para transitar, dado que todavía existen muchas asimetrías en materia impositiva, donde Entre Ríos es una de las provincias con mayor carga y presión fiscal y eso no permite establecer mejores condiciones para la radicación de nuevas industrias.
El otro punto, aunque no se ha explicitado hasta el momento, es saber qué estrategia conjunta se tiene en la Región Centro para avanzar en materia de federalismo, sabiendo que por el momento el Gobierno nacional no tiene vocación para que se profundicen esas instancias que están llamadas a dar mayores autonomías a las provincias.
Hay que recordar que son las provincias las que debería nutrir al presupuesto nacional (como lo establece la Constitución), pero en la realidad es la Nación la que sale a auxiliar a las provincias y así genera un sistema dependiente, que casi siempre tiene el objetivo de quitar autonomía política a los distritos.
La Región Centro está integrada por tres provincias fuertes, que bien podrían comenzar a liderar este proceso, dado que no hay verdadera integración si antes sus miembros no tienen autonomías en sus decisiones. Alguna vez habrá que sincerar el concepto de federalismo, dejando las frases hechas para pasar a leyes concretas y no depender del humor de turno del Gobierno nacional.
La producción, la administración del agua, el deporte, la infraestructura, la educación y el comercio exterior, deberían ser temas de agenda cotidiana entre los tres mandatarios; pero es evidente que la falta de diálogo impide los consensos y así cada provincia debe valerse de sus propios esfuerzos para traccionar el desarrollo.
Es cierto que la Región Centro cuenta con un organismo interprovincial que tiene como objetivo la integración regional y la idea es que cada provincia ayude a consolidar el perfil productivo de las demás, armonizando los criterios no sólo para que los tres Estados se articulen mejor, sino también con las provincias vecinas, principalmente Buenos Aires. Pero es evidente que a tres décadas de la recuperación de la democracia, todavía la política es un compartimento estanco que impide avanzar en la diversidad de ideas y pertenencias.
Es una pena que los tres Estados provinciales no puedan unir sus esfuerzos para alentar el desarrollo de los protagonistas centrales de la propia comunidad como son las Cámaras empresarias, industriales, agropecuarias y especialmente en el campo educativo a través de las universidades públicas y privadas.
Es evidente que queda mucho camino para transitar, dado que todavía existen muchas asimetrías en materia impositiva, donde Entre Ríos es una de las provincias con mayor carga y presión fiscal y eso no permite establecer mejores condiciones para la radicación de nuevas industrias.
El otro punto, aunque no se ha explicitado hasta el momento, es saber qué estrategia conjunta se tiene en la Región Centro para avanzar en materia de federalismo, sabiendo que por el momento el Gobierno nacional no tiene vocación para que se profundicen esas instancias que están llamadas a dar mayores autonomías a las provincias.
Hay que recordar que son las provincias las que debería nutrir al presupuesto nacional (como lo establece la Constitución), pero en la realidad es la Nación la que sale a auxiliar a las provincias y así genera un sistema dependiente, que casi siempre tiene el objetivo de quitar autonomía política a los distritos.
La Región Centro está integrada por tres provincias fuertes, que bien podrían comenzar a liderar este proceso, dado que no hay verdadera integración si antes sus miembros no tienen autonomías en sus decisiones. Alguna vez habrá que sincerar el concepto de federalismo, dejando las frases hechas para pasar a leyes concretas y no depender del humor de turno del Gobierno nacional.
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