La educación
Nadie podrá sorprenderse si se insiste en el concepto de que para plasmar un desarrollo sostenido en el tiempo, la sociedad requiere del aporte que ofrece la educación, especialmente la pública que garantiza el acceso al conocimiento.
No hay desarrollo sin educación, y la ausencia de ese sagrado derecho constitucional, siempre genera incertidumbre en el corazón de cada hogar, más allá de que los padres sean los primeros educadores de los hijos.
Entre Ríos viene viviendo una situación compleja en la materia, donde en los últimos ocho años siempre el inicio del ciclo lectivo pone en jaque a cada hogar y a los docentes mismos, a raíz de múltiples conflictos siendo los más importantes el salarial y el de infraestructura.
En la provincia, el inicio del ciclo lectivo está anunciado para el 1º de marzo y en verdad soplan aires frescos en la materia, porque tanto desde el gobierno como desde la dirigencia gremial, han comprendido que deben extremar sus posturas y favorecer que las aulas y las escuelas estén abiertas para todos.
Coincidiendo en una fecha histórica, como es el nacimiento del Padre de la Patria, el general Don José de San Martín, el anuncio de la disipación del conflicto educativo enmarca un contexto de mayores esperanzas.
Fue el propio San Martín quien sostuvo que: ?La biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestros ejércitos para sostener la independencia? y que ?los días de inauguración de escuelas son tan tristes para los tiranos como alegres para los amantes de la libertad?.
No es anecdótico entonces que gobernantes y dirigentes gremiales hayan alcanzado un acuerdo maduro para resolver sus diferencias. En tiempos donde el valor del diálogo es reclamado constantemente, hay que celebrar el ejercicio responsable de cada función en términos de construcción de sociedad.
Porque, no deben quedar duda alguna, no habrá crecimiento ni desarrollo de la sociedad sin educación, de la misma forma que no habrá comunidad sin el fortalecimiento de la familia y sus derechos.
Se ha superado una etapa importante en el conflicto educativo. No hay que bajar la guardia y habrá que estar atentos para que nuevos malestares no convoquen a las tormentas que eclipsan las mejores pretensiones.
Que el ciclo lectivo comience de manera normal es un claro síntoma de que se está creciendo como sociedad. Y eso debe ser motivo de celebración.
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