Micros bajo la lupa
La alarmante cantidad de unidades de transporte de pasajeros que han volcado en los últimos días con un lamentable saldo de muertos y heridos obligará seguramente a las autoridades de la Secretaría de Transporte de la Nación a poner bajo la lupa las unidades de pasajeros que transitan por las rutas y caminos del país.
En principio, no deja de llamar la atención el detalle siguiente: en la mayoría de los casos las unidades de transporte de pasajeros que aparecen involucradas en los accidentes ruteros son las llamadas "doble camello" o doble piso. Es lógico que muchos empiecen a preguntarse si no está planteado en ese detalle técnico la inseguridad que tanto preocupa.
Por lo pronto, habrá que admitir que en la mayoría de los casos las personas muertas o lesionadas en las últimas semanas eran pasajeros de unidades de doble piso. Más curioso aún es que, salvo pocas excepciones, en la mayoría de los casos no son las grandes empresas de transporte de pasajeros las que aparecen en las crónicas policiales como partícipes en esos accidentes. En realidad asoman como penosas protagonistas de los percances las llamadas "líneas subsidiarias" adscriptas a empresas madres de reputación nacional e internacional.
Se vuelve a plantear un interrogante con respecto al real origen de los accidentes: ¿son en realidad el resultado de fallas técnicas y humanas? Por lo pronto, los propios conductores reconocen que hay choferes con recargos de horas de servicio. Los impulsan razones meramente económicas, como es el deseo de sumar horas extras para mejorar los ingresos. Nos preguntamos: ¿al precio de seguir sumando más víctimas fatales o baldados?
Aunque es cierto que en la actual temporada veraniega se incrementaron los controles técnicos y profesionales en las principales terminales de ómnibus del país, por lo visto no son suficientes. Prueba de ello es la pavorosa reiteración de accidentes en nuestras rutas, mientras se va en camino a batir otro triste record mundial en materia de inseguridad vial.
¿Los accidentes se originan en el uso inadecuado de micros, responden a fallas humanas o también es imputable el estado lamentable que presenta el mapa rutero nacional?
No estamos en condiciones de ofrecer una respuesta confiable, lo admitimos. De lo que no tenemos la menor duda que apenas finalice la actual temporada veraniega, tan teñida de sangre, las autoridades deberían convocar de modo urgente a empresas, choferes y empresarios turísticos a una ronda de consulta y que lo antes posible se convoque a un comité de emergencia que se aboque al estudio de la accidentología caminera en la Argentina.
Por lo pronto, los hechos registrados en la temporada 2006-2007 no deberían repetirse nunca y cada parte involucrada en el problema debería asumir la cuota de responsabilidad que le corresponde, porque aquí nadie es tan inocente como para sentirse Pilato.
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