No al escrache
El jueves pasado, en el auditorio de la Universidad Católica Argentina (UCA) de Paraná, los integrantes del Foro de Convergencia Empresarial (FCE) dieron a conocer su propuesta de “convergencia” para el próximo gobierno.
Se trata de un encuentro del que participaron industriales, productores y empresarios e incluso donde estuvo invitado el propio gobernador Sergio Urribarri.
En ese espacio se produjo un escrache del que formó parte activa la delegada del Instituto Nacional contra Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) en Entre Ríos, Lucy Grimalt.
El escrache es una acción repudiable, pero mucho más cuando quien debe velar por la tolerancia y evitar la discriminación la protagoniza como el caso de Lucy Grimalt.
Se podrá estar de acuerdo o no con el Foro de Convergencia Empresarial, se podrán compartir o no sus perspectivas vinculadas con las políticas públicas, pero de ahí a que nada menos que la delegada del Inadi en la provincia haga un escrache, impida el debate y la circulación de las ideas hay un tránsito muy peligroso para quienes quieren vivir en democracia.
¿Por qué se llega a este escenario de agravios? Es inexplicable, máxime cuando la violencia es ejercida –como en este caso- por una funcionaria pública.
Es una pena que quien debe velar por la no discriminación, que quien debe resguardar que no se alienten acciones y declaraciones xenofóbicas, protagonice un escrache a quienes se reúnen para pensar el futuro en términos democráticos.
Y llama mucho la atención además que lo haga una funcionaria, cuando el propio gobernador se excusó de asistir a ese Foro, pero envió una nota de salutación expresando “mi más afectuoso saludo y total convicción de que, desde el debate e intercambio de ideas, saldrán a la luz las mejores conclusiones sobre el tema”.
Tampoco es menor este accionar que deja muy mal parado al propio gobernador e incluso debilita su aspiración a la Presidencia de la Nación. Por eso el gobierno debe aclarar si avala la acción de una importante funcionaria como la titular del Inadi en Entre Ríos o si la repudia.
Se insiste, se trata de un hecho muy grave como es el escrache, mucho más porque lo ha protagonizado la funcionaria Lucy Grimalt, que incluso ha erosionado su propia autoridad al frente del Inadi al oponerse nada menos que al diálogo y al debate.
Por último, el gobierno entrerriano debería expresar si está o no de acuerdo con la metodología del escrache. Será difícil creer cuando convoquen al consenso si no hacen cuanto antes una aclaración al respecto. ¿Es el gobierno quien promueve estos actos de violencia y estos gestos antidemocráticos? Es evidente que no, pero tampoco debería quedar indiferente cuando un funcionario lo alienta. En materia de injusticia, la neutralidad es complicidad.
En ese espacio se produjo un escrache del que formó parte activa la delegada del Instituto Nacional contra Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) en Entre Ríos, Lucy Grimalt.
El escrache es una acción repudiable, pero mucho más cuando quien debe velar por la tolerancia y evitar la discriminación la protagoniza como el caso de Lucy Grimalt.
Se podrá estar de acuerdo o no con el Foro de Convergencia Empresarial, se podrán compartir o no sus perspectivas vinculadas con las políticas públicas, pero de ahí a que nada menos que la delegada del Inadi en la provincia haga un escrache, impida el debate y la circulación de las ideas hay un tránsito muy peligroso para quienes quieren vivir en democracia.
¿Por qué se llega a este escenario de agravios? Es inexplicable, máxime cuando la violencia es ejercida –como en este caso- por una funcionaria pública.
Es una pena que quien debe velar por la no discriminación, que quien debe resguardar que no se alienten acciones y declaraciones xenofóbicas, protagonice un escrache a quienes se reúnen para pensar el futuro en términos democráticos.
Y llama mucho la atención además que lo haga una funcionaria, cuando el propio gobernador se excusó de asistir a ese Foro, pero envió una nota de salutación expresando “mi más afectuoso saludo y total convicción de que, desde el debate e intercambio de ideas, saldrán a la luz las mejores conclusiones sobre el tema”.
Tampoco es menor este accionar que deja muy mal parado al propio gobernador e incluso debilita su aspiración a la Presidencia de la Nación. Por eso el gobierno debe aclarar si avala la acción de una importante funcionaria como la titular del Inadi en Entre Ríos o si la repudia.
Se insiste, se trata de un hecho muy grave como es el escrache, mucho más porque lo ha protagonizado la funcionaria Lucy Grimalt, que incluso ha erosionado su propia autoridad al frente del Inadi al oponerse nada menos que al diálogo y al debate.
Por último, el gobierno entrerriano debería expresar si está o no de acuerdo con la metodología del escrache. Será difícil creer cuando convoquen al consenso si no hacen cuanto antes una aclaración al respecto. ¿Es el gobierno quien promueve estos actos de violencia y estos gestos antidemocráticos? Es evidente que no, pero tampoco debería quedar indiferente cuando un funcionario lo alienta. En materia de injusticia, la neutralidad es complicidad.
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