Nueva presidenta, nueva esperanza
En el día de la fecha asumirá la presidencia de la Nación la Sra. Cristina Fernández, que de esta manera pasa a ser la primera mujer de la historia argentina e-legida democráticamente- que se desempeña en el máximo rango de la República.
Se trata de una nueva presidenta que trae tras de sí una nueva esperanza nacional y con ella el deseo de poder contar con un país mejor para que se concrete la felicidad de sus treinta y siete millones de ciudadanos, los que aguardan ansiosos el despertar de un nuevo día.
Aunque la Sra. Cristina Fernández propone ?el cambio? para el país, no deja de provocar cierto escepticismo el hecho que varios de los ministros que acompañaron la gestión de Néstor Kirchner permanezcan en el gobierno que hoy comienza a dirigir los destinos de la República. Es lógico, por lo tanto, suponer que podemos estar a merced de un continuismo que puede echar por la borda muchas ilusiones.
No obstante el reparo que dejamos expuesto y que estamos seguros comparten importantes sectores de la argentinidad, es de hacer votos porque el éxito acompañe
la tarea de la Presidenta y que la mismo pueda inaugurar un período en el que todos los sectores sean tenidos en cuenta a la hora de ser escuchados, y que no haya escrúpulos a la hora de consultarlos a todos.
Por ejemplo, desearíamos un diálogo más adulto y generoso con la Iglesia, a la que, inexplicablemente, se marginó en los últimos cuatro años y medios. Del mismo modo, abogamos por una mejor relación con TODOS los medios de comunicación y que cese esa odiosa manía de pensar que los periodistas somos los enemigos del poder, al punto que jamás el mandatario saliente concedió una sola conferencia de prensa.
Porque se avecinan días muy difíciles, grávidos de acechanzas y dificultades, auguramos a la Sra. de Fernández una presidencia firme pero serena, donde nadie se sienta marginado o que los lleve a autoexcluirse de las obligaciones comunes de cada día, y que permitan enfrentar codo a codo los desafíos que habrán de sobrevenir.
Hoy alumbra un nuevo día en la historia de la Argentina. Ojalá que lo disfrutemos y no que lo suframos.
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