Promesas sin resultados
Ningún teléfono gratuito para emergencias o asistencias que fue prometido en Gualeguaychú se pudo activar de manera integral y continuidad en el tiempo.
Una rápida comprobación de los más elementales números telefónicos gratuitos que deberían estar en funcionamiento, lleva a la desidia o a las promesas incumplidas.
Algunos ejemplos serán más que elocuentes. El número de teléfono para emergencias médicas 107 no funciona de manera integral. Y quien acuda con un llamado dependerá de la buena voluntad que en el momento se exhiba en el Hospital Centenario más que a la elemental acción que debería regirse por un protocolo de actuación en materia de salud.
El número de teléfono 102 o Teléfono del Niño directamente no funciona en Gualeguaychú, pese a los anuncios y promesas que en su momento hicieron los funcionarios en turno. Y esta es una de las deudas más antiguas en la materia, pero ni la provincia ni el Municipio han podido siquiera ponerlo a funcionar. Eso sí, al momento de los anuncios sobraban los compromisos con la niñez.
El número de emergencias integral 911 tampoco existe en la ciudad y lo que es peor aún ni siquiera hay buen pronóstico para el futuro a juzgar por el Presupuesto Provincial 2015.
Así las cosas, la ciudadanía se queda sin una adecuada protección y las víctimas o quienes necesitan de alguna asistencia con urgencia deben soportar como un agravante una pérdida enorme de tiempo… y muchas veces eso tiene un saldo en pérdidas de vida o en vidas arruinadas.
Con el número 107 (emergencias médicas) la mayor responsabilidad no es del Hospital Centenario sino del Ministerio de Salud de la Provincia, que no pudo implementarlo como corresponde y dejó a nivel local un problema sin solución.
A pesar de los cotidianos ejemplos que se suceden a diario y que ponen a la niñez en un constante riesgo, todavía ninguna autoridad municipal; ni siquiera del Consejo del Niño, Adolescente y la Familia (Copnaf) han movido un dedo para su implementación. Y otra cuestión, para los concejales es un tema que ni siquiera amerita estar entre sus preocupaciones, mientras una infancia queda indefensa. Hay que recordar que con el Teléfono del Niño hubo anuncios y promesas que entre 2009 y 2010 se iba a poner en funcionamiento. Han pasado cuatro años y, como es casi una costumbre, hoy se niega lo que ayer se prometió.
¿Cómo plantear conquista de derechos si algo tan elemental como el de poner a disposición de los vecinos una herramienta tan básica es imposible de concretar? ¿Por qué quienes deben dar respuesta en estos tres ejemplos de números de emergencias (107, 102 y 911) hacen silencio?
Que la provincia y la municipalidad sean del mismo signo partidario no ha resuelto el tema en casi dos gestiones contínuas. Y que estos temas tampoco figuren en la agenda de la oposición –siquiera como un reclamo- también habla a las claras de que los políticos a veces están demasiados cómodos en sus realidades, mientras el ciudadano sigue esperando elementales herramientas para vivir mejor.
Algunos ejemplos serán más que elocuentes. El número de teléfono para emergencias médicas 107 no funciona de manera integral. Y quien acuda con un llamado dependerá de la buena voluntad que en el momento se exhiba en el Hospital Centenario más que a la elemental acción que debería regirse por un protocolo de actuación en materia de salud.
El número de teléfono 102 o Teléfono del Niño directamente no funciona en Gualeguaychú, pese a los anuncios y promesas que en su momento hicieron los funcionarios en turno. Y esta es una de las deudas más antiguas en la materia, pero ni la provincia ni el Municipio han podido siquiera ponerlo a funcionar. Eso sí, al momento de los anuncios sobraban los compromisos con la niñez.
El número de emergencias integral 911 tampoco existe en la ciudad y lo que es peor aún ni siquiera hay buen pronóstico para el futuro a juzgar por el Presupuesto Provincial 2015.
Así las cosas, la ciudadanía se queda sin una adecuada protección y las víctimas o quienes necesitan de alguna asistencia con urgencia deben soportar como un agravante una pérdida enorme de tiempo… y muchas veces eso tiene un saldo en pérdidas de vida o en vidas arruinadas.
Con el número 107 (emergencias médicas) la mayor responsabilidad no es del Hospital Centenario sino del Ministerio de Salud de la Provincia, que no pudo implementarlo como corresponde y dejó a nivel local un problema sin solución.
A pesar de los cotidianos ejemplos que se suceden a diario y que ponen a la niñez en un constante riesgo, todavía ninguna autoridad municipal; ni siquiera del Consejo del Niño, Adolescente y la Familia (Copnaf) han movido un dedo para su implementación. Y otra cuestión, para los concejales es un tema que ni siquiera amerita estar entre sus preocupaciones, mientras una infancia queda indefensa. Hay que recordar que con el Teléfono del Niño hubo anuncios y promesas que entre 2009 y 2010 se iba a poner en funcionamiento. Han pasado cuatro años y, como es casi una costumbre, hoy se niega lo que ayer se prometió.
¿Cómo plantear conquista de derechos si algo tan elemental como el de poner a disposición de los vecinos una herramienta tan básica es imposible de concretar? ¿Por qué quienes deben dar respuesta en estos tres ejemplos de números de emergencias (107, 102 y 911) hacen silencio?
Que la provincia y la municipalidad sean del mismo signo partidario no ha resuelto el tema en casi dos gestiones contínuas. Y que estos temas tampoco figuren en la agenda de la oposición –siquiera como un reclamo- también habla a las claras de que los políticos a veces están demasiados cómodos en sus realidades, mientras el ciudadano sigue esperando elementales herramientas para vivir mejor.
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