Proteger al tambo
El jueves pasado se registró un hecho inédito en Liniers, el mercado ganadero por excelencia del país, mercado formador de precio para la hacienda de consumo que, a su vez, señala el precio testigo de la carne a nivel nacional.
El episodio de referencia fue la consumación de un acto de protesta pacífica de los criadores de vacas lecheras, que enviaron a subasta más de mil animales, muchas de las vaca Holando Argentino en avanzado estado de preñez.
Con ese acto los tamberos expresaron su rechazo y repudio a la vez a la medida adoptada por el Secretario de Comercio Interior ¡cuándo no! Rebajando en diez centavos la entrega de la leche en los tambos, lo cual es interpretado por los tamberos
como un ataque artero a la economía tambera mediante la fijación de precios inconsultos, impropios, y caprichosos, como si las vacas fueran propiedad del Estado.
Lo grave de esa intromisión estatal es que se avecinan horas críticas e impredecibles para el comercio lácteo. Por de pronto, muchos tambos anunciaron ya que a partir del 1º de enero reducirán en forma drástica la producción de leche, ya que para ellos resulta intolerable se entrometa en sus economías.
Pero no sólo faltará leche sino que la escasez afectará a los derivados de aquella, como son los quesos, yogures, la manteca, etc, lo que, seguramente, obligará a la importación de leche, conflicto que amenaza con extenderse si los tamberos cumplen con la amenaza de vender las vacas y disponer el cierre de plantas o tambos.
A esta altura de las cosas cuesta encontrarle asidero a la política láctea del Gobierno, que últimamente se ve sometida a los caprichos e incompetencia de un funcionario que, como el Secretario de Comercio Interior parece obstinado en provocar la ruina no sólo de los tamberos sino de los productores de hacienda en general, aunque es probable que de mantenerse la actual tendencia ?unitaria? del Sr. Guillermo Moreno también el mercado granario sea alcanzado por su persistente necedad.
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