Reclamo por el caso Cabezas
El 25 de enero de 1997 fue asesinado el reportero gráfico José Luis Cabezas. El hecho ocurrió en General Madariaga, provincia de Buenos Aires, en momento en que el periodista cubría la temporada de ese verano para la revista Noticias.
Su crimen constituyó uno de los peores atentados a la libertad de expresión que se haya vivido desde la recuperación de la democracia en 1983 hasta la fecha.
“Pese a que sus asesinos fueron condenados a penas de prisión y reclusión perpetua, por una serie de artilugios legales y demoras judiciales, todos los criminales fueron saliendo en libertad al haber cumplido una mínima parte de esa sentencia, lo que constituye una afrenta al reclamo de justicia y un riesgo para toda la sociedad”, advirtió el Foro de Periodismo Argentino (Fopea).
Al igual que todas las entidades periodísticas del país y de la región, es necesario una vez más expresar la solidaridad a la familia y colegas de José Luis Cabezas: Han pasado 18 años de ese brutal asesinato y la impunidad por el momento se ha encolumnado por encima de la verdad y la justicia. Nada es casual cuando todos los condenados a prisión perpetua hoy gozan de la libertad.
Por eso hoy habrá diferentes actos reclamando por justicia. Uno de ellos, tal vez el más importante, será a las 19 en el monolito de homenaje a Cabezas ubicado en la Plaza de los Dos Congresos en Capital Federal.
En un comunicado de Fopea se recordaron algunas instancias de este suceso que enlutó a la libertad de expresión en el país. Esa entidad recordó que el 2 de febrero de 2000, “la Justicia determinó que el crimen fue ordenado por el empresario postal Alfredo Yabrán, quien se había suicidado el 20 de mayo de 1998 cuando estaba prófugo tras su imputación por ser considerado el autor intelectual del crimen de Cabezas”.
“En la sentencia se condenó a prisión perpetua al jefe de la custodia de Yabrán, el ex militar Gregorio Ríos, como instigador junto a su jefe del brutal asesinato. La misma sentencia recibieron los delincuentes comunes conocidos como La Banda de Los Hornos, Horacio Braga, Sergio Gustavo González, José Luis Auge y Héctor Retana (fallecido en prisión). Y los policías Gustavo Prellezo (ejecutor de José Luis), Sergio Cammaratta y Aníbal Luna fueron condenados a reclusión perpetua, al considerarse como agravante su condición de uniformados”.
En un segundo juicio, fue condenado también a perpetua el ex comisario de Pinamar, Alberto Pedro Gómez, a quien se responsabilizó por haber liberado la zona para que el crimen se pudiese cometer.
Pese a esas sentencias, los asesinos fueron consiguiendo la libertad gracias a una serie de artilugios legales y demoras judiciales, tras cumplir una mínima parte de sus condenas.
A pesar de que la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires ratificó la sentencia de la Cámara Penal de Dolores y ordenó que los asesinos de Cabezas vuelvan a prisión, todavía ese dictamen no se ha cumplido. Una situación vergonzosa que alienta la cultura de la impunidad por encima del respeto a la Justicia.
“Pese a que sus asesinos fueron condenados a penas de prisión y reclusión perpetua, por una serie de artilugios legales y demoras judiciales, todos los criminales fueron saliendo en libertad al haber cumplido una mínima parte de esa sentencia, lo que constituye una afrenta al reclamo de justicia y un riesgo para toda la sociedad”, advirtió el Foro de Periodismo Argentino (Fopea).
Al igual que todas las entidades periodísticas del país y de la región, es necesario una vez más expresar la solidaridad a la familia y colegas de José Luis Cabezas: Han pasado 18 años de ese brutal asesinato y la impunidad por el momento se ha encolumnado por encima de la verdad y la justicia. Nada es casual cuando todos los condenados a prisión perpetua hoy gozan de la libertad.
Por eso hoy habrá diferentes actos reclamando por justicia. Uno de ellos, tal vez el más importante, será a las 19 en el monolito de homenaje a Cabezas ubicado en la Plaza de los Dos Congresos en Capital Federal.
En un comunicado de Fopea se recordaron algunas instancias de este suceso que enlutó a la libertad de expresión en el país. Esa entidad recordó que el 2 de febrero de 2000, “la Justicia determinó que el crimen fue ordenado por el empresario postal Alfredo Yabrán, quien se había suicidado el 20 de mayo de 1998 cuando estaba prófugo tras su imputación por ser considerado el autor intelectual del crimen de Cabezas”.
“En la sentencia se condenó a prisión perpetua al jefe de la custodia de Yabrán, el ex militar Gregorio Ríos, como instigador junto a su jefe del brutal asesinato. La misma sentencia recibieron los delincuentes comunes conocidos como La Banda de Los Hornos, Horacio Braga, Sergio Gustavo González, José Luis Auge y Héctor Retana (fallecido en prisión). Y los policías Gustavo Prellezo (ejecutor de José Luis), Sergio Cammaratta y Aníbal Luna fueron condenados a reclusión perpetua, al considerarse como agravante su condición de uniformados”.
En un segundo juicio, fue condenado también a perpetua el ex comisario de Pinamar, Alberto Pedro Gómez, a quien se responsabilizó por haber liberado la zona para que el crimen se pudiese cometer.
Pese a esas sentencias, los asesinos fueron consiguiendo la libertad gracias a una serie de artilugios legales y demoras judiciales, tras cumplir una mínima parte de sus condenas.
A pesar de que la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires ratificó la sentencia de la Cámara Penal de Dolores y ordenó que los asesinos de Cabezas vuelvan a prisión, todavía ese dictamen no se ha cumplido. Una situación vergonzosa que alienta la cultura de la impunidad por encima del respeto a la Justicia.
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