Ser más estrictos con la alcoholemia
El ministro del Interior y Transporte de la Nación expuso ayer en la Comisión de Transporte del Senado sobre los alcances del proyecto de ley del Ejecutivo “Alcohol 0” en las rutas nacionales.
En Entre Ríos hay una iniciativa similar en la legislatura provincial.
Está claro que se necesita de un cambio cultural en materia de prevención y seguridad vial y las leyes son una herramienta fundamental para el cambio de conductas.
Sería interesante que los legisladores profundicen esta propuesta y establezcan alcohol cero para todo conductor en todas circunstancias, es decir, no sólo para transitar por rutas sino también por las ciudades.
El alcoholismo ha crecido como flagelo en la sociedad actual y parte de ese crecimiento se debe a que los jóvenes son más proclives a esa adicción, así lo demuestran las estadísticas que obran en organismos que deben intervenir en la materia y así está demostrado en los accidentes viales que se padecen a lo largo y ancho del país, casi sin excepción.
La tolerancia cero es la mejor receta para contar con una herramienta –como ya se apuntó- no sólo en las rutas como es la propuesta original, sino también cuando se circula por las ciudades.
No es ocioso recordar la relación directa que existe entre el consumo de alcohol y los accidentes viales, muchos de los cuales terminan con tragedias familiares irreparables.
Si bien la iniciativa es del Ejecutivo, sin duda que se trata de una propuesta que debe ser abrazada (y profundizada) como una política de Estado, porque tiene el noble objetivo de salvar vidas.
Y se insiste en un concepto: así como se “lee” como positivo que haya tolerancia cero en materia de alcohol para quienes conducen un vehículo por las rutas nacionales, del mismo modo debería interpretarse la propuesta de que también se tenga tolerancia cero para los conductores que circulan por una ciudad.
En esta materia no hay que esgrimir falsas excusas, dado que el alcohol en quien conduce mata.
Por eso sería más que interesante que al margen de lo que ocurra en el Congreso de la Nación o en la Legislatura provincial, los concejales de la ciudad analicen si no es tiempo de exigir esa tolerancia cero para Gualeguaychú e incluso agregarle algo tan elemental como la exigencia del uso del cinturón de seguridad ya no sólo para el conductor sino también para todos los acompañantes del vehículo.
Los accidentes viales representan una negra estadística que es necesario disminuir. Y herramientas como las que se están proponiendo van en esa dirección. Por eso sería interesante plantear algo más estricto o abarcador como es la tolerancia cero en alcohol para toda circunstancia de tránsito de un conductor.
Está comprobado que en el caso urbano, las graduaciones de alcohol en sangre –por más que se tenga el nivel por debajo de la normativa- siempre representa un peligro potencial que es necesario eliminar. Y la tolerancia cero en la materia es la mejor herramienta de prevención.
Está claro que se necesita de un cambio cultural en materia de prevención y seguridad vial y las leyes son una herramienta fundamental para el cambio de conductas.
Sería interesante que los legisladores profundicen esta propuesta y establezcan alcohol cero para todo conductor en todas circunstancias, es decir, no sólo para transitar por rutas sino también por las ciudades.
El alcoholismo ha crecido como flagelo en la sociedad actual y parte de ese crecimiento se debe a que los jóvenes son más proclives a esa adicción, así lo demuestran las estadísticas que obran en organismos que deben intervenir en la materia y así está demostrado en los accidentes viales que se padecen a lo largo y ancho del país, casi sin excepción.
La tolerancia cero es la mejor receta para contar con una herramienta –como ya se apuntó- no sólo en las rutas como es la propuesta original, sino también cuando se circula por las ciudades.
No es ocioso recordar la relación directa que existe entre el consumo de alcohol y los accidentes viales, muchos de los cuales terminan con tragedias familiares irreparables.
Si bien la iniciativa es del Ejecutivo, sin duda que se trata de una propuesta que debe ser abrazada (y profundizada) como una política de Estado, porque tiene el noble objetivo de salvar vidas.
Y se insiste en un concepto: así como se “lee” como positivo que haya tolerancia cero en materia de alcohol para quienes conducen un vehículo por las rutas nacionales, del mismo modo debería interpretarse la propuesta de que también se tenga tolerancia cero para los conductores que circulan por una ciudad.
En esta materia no hay que esgrimir falsas excusas, dado que el alcohol en quien conduce mata.
Por eso sería más que interesante que al margen de lo que ocurra en el Congreso de la Nación o en la Legislatura provincial, los concejales de la ciudad analicen si no es tiempo de exigir esa tolerancia cero para Gualeguaychú e incluso agregarle algo tan elemental como la exigencia del uso del cinturón de seguridad ya no sólo para el conductor sino también para todos los acompañantes del vehículo.
Los accidentes viales representan una negra estadística que es necesario disminuir. Y herramientas como las que se están proponiendo van en esa dirección. Por eso sería interesante plantear algo más estricto o abarcador como es la tolerancia cero en alcohol para toda circunstancia de tránsito de un conductor.
Está comprobado que en el caso urbano, las graduaciones de alcohol en sangre –por más que se tenga el nivel por debajo de la normativa- siempre representa un peligro potencial que es necesario eliminar. Y la tolerancia cero en la materia es la mejor herramienta de prevención.
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