Si alguna vez escucharan...
Hace ya varios años, un año o dos antes de su muerte, le hicimos una nota a Milcíades Zuluaga, ya por entonces seriamente preocupado -lo decía sin ambages- por el estado del puente Méndez Casariego.
Recordamos que en ese momento llevó a un periodista de esta casa y le mostró como el agua estaba socavando el extremo del puente que daba sobre el parque Unzué. Si no se hace nada por solucionar el problema, llegará el día -afirmó don Milciades- en que la estabilidad del puente empiece a ceder, volviéndose vacilante en su parte media. Nadie le hizo caso y tampoco se lo escuchó cuando propuso defender las costas del parque con el sistema de tablestacado. Por el simple hecho de observar las cosas, el recordado vecino no tenía duda que el río seguiría "comiéndose" el suelo del parque.
¿Alguien duda que no ha sido así? Seguramente reaccionaremos cuando el agua nos llegue al cuello.
Ignoramos cuán grave es lo que pasa hoy con el ex-puente "La Balsa", tan ligado a la historia de Gualeguaychú, pero desde ya que poca cosa no debe ser.
No está en nuestro ánimo ser alarmistas por el solo gusto de alarmar.
Es evidente que el vital viaducto se encuentra en dificultades, razón de más para reclamar una solución seria en pos de que no sea pan para hoy y hambre para mañana.
Desde ya que habrá que escuchar la opinión de los técnicos, pero sin conocer, apelando a la simple intuición, sobran motivos para sentirnos preocupados, sobre todo por lo que implicaría el eventual aislamiento de una zona tan crucial para el turismo como son las termas, el mismo Parque y en forma especial nuestra vinculación con Pueblo Belgrano. En caso de darse esta situación, nos obligaría a dar un gran rodeo a través del puente que nos vincula con la ruta 136.
En una cosa debemos ser claros y tajantes: lo que no debiéramos permitirnos es que si la situación del "Méndez Casariego" fuera de cuidado, se apelara al viejo remedio de los "parches argentinos", los cuales sirven para ocultar las lesiones pero sin curarlas.
En el caso que se apele a una "cura de emergencia" para un tránsito restringido o acotado, el compromiso de todos -autoridades, fuerzas vivas y población general- debe ser único e innegociable: se debería hacer una obra de envergadura que nos reafirme para siempre la seguridad del puente o, en su defecto, realizar la construcción de uno nuevo de acuerdo a un proyecto existente en la Legislatura entrerriana, proyecto que talvez haya sido guardado en el freezer por no tener origen oficial.
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