Un triunfo histórico en la ciudad, pero también clave en la provincia
Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO
El triunfo de Mauricio “Palito” Davico a la intendencia de Gualeguaychú puede inscribirse como histórico si se tiene en cuenta que desplazó a 33 años de gobierno peronista continuó.
Se trata de un triunfo histórico no por la diferencia sobre el segundo más votado, Martín Roberto Piaggio (Más para Entre Ríos), sino porque su victoria se inscribe en un contexto donde para el vecino y la vecina de la ciudad, lo ambiental queda desplazado a un tercer o cuarto plano, teniendo en cuenta el poco compromiso institucional que Davico ha ejercido como intendente de Pueblo General Belgrano.
Como ocurre al cierre de toda elección general, será con la confirmación formal de los porcentajes que se publicarán en los próximos días realizar otras lecturas, teniendo en cuenta los necesarios reacomodamientos internos que cada fuerza partidaria experimentará luego de realizar su obligatoria autocrítica de cara a la inapelable voluntad popular.
No obstante, algunas consideraciones ya se pueden adelantar, teniendo en cuenta que los resultados de ayer eran esperables –con más o mayor diferencia- teniendo en cuenta la sumatoria lograda por Juntos por el Cambio en las PASO de agosto pasado.
El triunfo de Davico es el resultado de la percepción social no tanto de sus aciertos como intendente de Pueblo General Belgrano que, comparativamente con la gestión del “piaggismo” no tiene nada que compararse; sino de cierto cansancio de una forma de conducir que ha tenido el peronismo que a pesar del discurso de apertura ha sido claramente ombliguista y no ha sabido ejercer la vocación frentista; amén que la de Martín Roberto Piaggio más que una lista de unidad ha sido una lista en soledad.
De todos modos, está claro que el oficialismo en la Municipalidad deberá replantearse muchas maneras de conducirse, además de detectar los desaciertos y contradicciones que exhibió y que -en todo caso- no ha podido corregir.
A esto se le debe sumar la acumulación de errores que cometió en su dispositivo de comunicación, donde no siempre se estuvo a disposición de la prensa y no siempre fue transparente y pluralista al respecto.
El otro aspecto relevante es que Juntos por el Cambio también de impuso a nivel provincial bajo el liderazgo de Rogelio Frigerio, que además fue un factor clave para desplazar después de 40 años al peronismo de Concordia, considerada metafóricamente como la capital del peronismo entrerriano.
Si se confirma esta tendencia y se comparan las estructuras partidarias, lo logrado por Davico en Gualeguaychú no sería menor y debe ser valorado. Pero, se insiste, la ciudad corre un serio riesgo de derrumbar los mejores avances en materia ambiental. ¿Qué pasará con Amarras y el humedal? ¿Qué pasará con el Plan de Alimentación Segura, Sana y Solidaria (PASSS)? ¿Con la Ordenanza que prohíbe el Glifosato? ¿Con el desarrollo sustentable de la Reserva Las Piedras? ¿Con los Centros de Atención Primaria de la Salud? ¿Con las Cooperativas de Trabajo? Con los programas de acceso como el que los barrios logren estén mejor integrados a la trama urbana. ¿Qué pasará con el objetivo de un turismo 365? Nada de eso se sabe, en todo caso, se sospecha que quedará diluido hasta desgastarlo para dar lugar a otra concepción.
Lo otro que es menester señalar es que el resultado de ayer configura un nuevo mapa político a nivel local como provincial. En lo local y al interior del Justicialismo, el piaggismo representó un retroceso político y territorial. Una nueva generación, con nuevas prácticas y sin manifestar ejes de gestión claros, ha logrado desplazar a un liderazgo que se ufanaba de tener raigambre territorial. No hay que olvidar que incluso se perdió el senador Departamental, un lugar estratégico para gestionar a favor de la ciudad.
Davico se convertirá en el nuevo intendente de Gualeguaychú y su gestión de gobierno s se presenta con incógnitas e incertidumbres. Sería clave que lo más temprano posible, comience a esbozar qué clase de Gualeguaychú pretende desarrollar: después de todo, quien asume el poder tiene que tener la mayor responsabilidad institucional de ser claro ante el pueblo.