Causa Ilarraz: el cura podría ser citado a indagatoria por la Justicia
El cerco comienza a cerrarse alrededor del cura Justo José Ilarraz, acusado por abuso de menores en el Seminario de Paraná. El sacerdote podría ser citado a prestar declaración indagatoria por la jueza Paola Firpo apenas se retomen las actividades normales en tribunales, tal como lo solicitaron el fiscal y los querellantes.
En este marco, el procurador General Jorge Amílcar García adelantó que cuando se cumpla con ese trámite e Ilarraz comparezca ante la Justicia, se pedirá su prisión preventiva. “Después de la feria se pedirá que lo traigan a declarar y le dicten la prisión preventiva”, anunció el jefe de fiscales de Entre Ríos.
La investigación se vio revitalizada a mediados de noviembre, luego de que la Cámara de Casación Penal de Paraná rechazara la prescripción. Sin embargo, en el mes y medio que sucedió al fallo, la jueza Firpo no fijó la comparecencia del sacerdote acusado, a pesar de que el fiscal y los querellantes se lo pidieron formalmente. En cambio, avanzó en otras medidas de prueba: recibió las declaraciones escritas del cardenal Estanislao Karlic; del Arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari; y de su antecesor, Mario Maulión; también recibió testimonio de otros hombres de la Iglesia y de dos ex seminaristas propuestos por la defensa del sacerdote acusado.
Así las cosas, una fuente de la investigación, que prefirió mantenerse en reserva, comentó que tras las testimoniales de los últimos días de 2014, solo resta producir alguna prueba ofrecida por los querellantes en el inicio de la investigación, allá por el año 2012, cuando estalló el escándalo, pero que no demandaría mucho tiempo y tampoco invalidaría que el sacerdote sea citado a declarar, según señaló El Diario.
García, en cambio, fue más tajante. “Una vez superado el tema de la prescripción, solo falta que la jueza lo cite, están todos los elementos para hacerlo, así que estamos esperando”, aseveró. El funcionario judicial fue más allá y adelantó que “después de la feria se pedirá que lo traigan a declarar y le dicten la prisión preventiva. Con esa medida, creemos que se va a producir la ruptura del dique, como lo llamamos, y que aparezcan muchas de las víctimas que no se han animado a declarar por la reticencia de esta persona a comparecer y por el apoyo que ha recibido de algunos sectores de la antigua jerarquía eclesiástica, que se han opuesto a que (Ilarraz) sea citado”, enfatizó.
El cura Ilarraz
El cura Ilarraz está acusado por delitos contra la integridad sexual, que habrían ocurrido entre 1985 y 1993 en el Seminario Menor de Paraná, cuando se desempeñaba como prefecto de disciplina y guía espiritual de menores de entre 12 y 15 años de edad, según el testimonio que expusieron siete niños, hoy adultos, ante la Justicia.
El caso fue expuesto en septiembre de 2012 por la revista Análisis y derivó en una investigación promovida de oficio por el procurador y luego ratificada por siete víctimas que prestaron declaración en sede judicial. Sin embargo, los investigadores creen que el número de víctimas podría llegar a cuarenta o cincuenta personas.
Ilarraz asumió como prefecto de disciplina del Seminario Menor de Paraná en 1985. Estaba a cargo de unos cien niños que en, su mayoría, rondaban los 12 años. El sacerdote en ese entonces tenía 30 años, conocía los orígenes de todos los chicos y cómo eran sus familias. La mayoría provenía de pequeñas comunidades rurales cercanas a Paraná. Algunos de ellos contaron cómo eran los abusos a los que eran sometidos.
En 1993, una de las víctimas comenzó a relatar a sacerdotes lo que le había pasado y dos años después, en 1995, la Iglesia ordenó una “investigación cautelosa” sobre los hechos. Los resultados de la investigación fueron sigilosamente ocultados y en diciembre de 1996 Ilarraz fue sancionado: se le prohibió “venir y permanecer en el territorio de la Arquidiócesis de Paraná, así como tener comunicación de cualquier tipo con los seminaristas”. Pero en ningún momento la Iglesia radicó la denuncia en la Justicia como corresponde y está obligada.
También intervino el Vicariato de Roma y recomendó enviarlo a otra diócesis para que pudiera seguir siendo cura. Ilarraz recayó en la provincia de Tucumán, en la localidad de Monteros, donde aún reside.
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