El Papa y la Naturaleza
En momentos en que el papa Francisco prepara su primera encíclica, que se ha anticipado, estará dedicada a la ecología, vale recordar que en reiteradas ocasiones Francisco manifestó su preocupación ante lo que considera uno de los más grandes desafíos de la humanidad: la custodia de la creación y la ecología.
Y su preocupación incluye la que tenemos en Gualeguaychú ya no sólo por el funcionamiento de la pastera finlandesa frente a nuestras costas del río Uruguay sino -y cada vez más, este último tiempo- respecto de las fumigaciones y las derivas que se producen.
Parece mentira, pero en un siglo en el que nos jactamos de contar con avances en casi todos los campos, es justamente en el cuidado de la Naturaleza y de la vida donde peor estamos.
Y no se trata ya de creer que quienes deciden cómo y con qué se fumiga, así como de qué manera se produce, no sepan qué afecta y en qué medida lo hace al medioambiente.
Hoy por hoy, nadie puede decir que no sabe.
Por eso se espera que esta encíclica papal sea leída y aprendida por quienes al parecer no saben lo que Francisco dijo en mayo pasado “La naturaleza no es una propiedad de la que podamos abusar a nuestro antojo, ni mucho menos es la propiedad de unos pocos, sino un don de todos, que debemos custodiar”.
Y para quienes pudieran tener alguna duda, el pontífice agregó “Dios perdona siempre, los hombres algunas veces, la naturaleza nunca”.
¿Lo habrán escuchado?
Y su preocupación incluye la que tenemos en Gualeguaychú ya no sólo por el funcionamiento de la pastera finlandesa frente a nuestras costas del río Uruguay sino -y cada vez más, este último tiempo- respecto de las fumigaciones y las derivas que se producen.
Parece mentira, pero en un siglo en el que nos jactamos de contar con avances en casi todos los campos, es justamente en el cuidado de la Naturaleza y de la vida donde peor estamos.
Y no se trata ya de creer que quienes deciden cómo y con qué se fumiga, así como de qué manera se produce, no sepan qué afecta y en qué medida lo hace al medioambiente.
Hoy por hoy, nadie puede decir que no sabe.
Por eso se espera que esta encíclica papal sea leída y aprendida por quienes al parecer no saben lo que Francisco dijo en mayo pasado “La naturaleza no es una propiedad de la que podamos abusar a nuestro antojo, ni mucho menos es la propiedad de unos pocos, sino un don de todos, que debemos custodiar”.
Y para quienes pudieran tener alguna duda, el pontífice agregó “Dios perdona siempre, los hombres algunas veces, la naturaleza nunca”.
¿Lo habrán escuchado?
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