Pepe Cibrián, García Lorca y mucho más
Pepe Cibrián estará mañana en el Teatro Gualeguaychú presentando su unipersonal Marica, invitado por Nora Salzman, que dijo “para mí es muy especial la presencia de Pepe.
Es uno de los artistas y creadores más grandes que tenemos, es muy talentoso y ha sido un generador permanente y descubridor de nuevos artistas. Y es la primera vez que la gente de Gualeguaychú tendrá la oportunidad de verlo”.
El nombre elegido para esta obra puede sonar fuerte, tanto como hablar del estigma que padece cualquiera que camine por un camino distinto.
No en vano Cibrián ha dicho “Marica es un alegato sobre todo a aquel que es diferente. Implica no sólo la condición de Federico García Lorca por la cual fue asesinado, sino del alma, la creatividad, el arte, la grandeza de todos aquellos que a través de sus obras, sus ideas y aún a costa de su propia vida modificaron la historia del hombre”.
Desde el jardín de su casa en Pilar, Cibrián dijo a EL ARGENTINO “escribí esta obra hace ya unos siete años. Siempre me fascinó Federico. Se me ocurrió una historia que tiene que ver con lo que imaginé de las últimas horas de Federico y su asesino, que no se sabe quién fue, como tampoco dónde lo enterraron.”
“La obra tiene varios personajes, todos compuestos por mí -adelantó, para marcar “la hice para guardarla, porque no imaginaba quién podría hacerla, hasta que un día, en una lectura que hice para mis alumnos, uno de ellos me ofreció hacerla el aula magna de la Facultad de medicina, a beneficio de los hospitales. Fue un éxito brutal. Entonces pensé “me va a gustar hacerlo...” Se me despertaron las ganas de ser actor”.
La obra se estrenó y fue un éxito, con presentaciones en el país, en Cuba, en el Festival iberoamericano de teatro en Miami (representando a la Argentina) y en Fuente Vaqueros, pueblo granadino donde nació Lorca, en el marco de la Semana en su homenaje.
“Fue muy conmovedor hacerla en ese lugar”, dijo Cibrián, que se vale de una escenografía despojada para la interpretación de García Lorca, el asesino, su padre, su madre, Salvador Dalí y otros más en este unipersonal.
¿Ya estabas poniendo esta obra cuando fuiste al Senado?, preguntamos aludiendo a su participación en el debate por la Ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, cuando leyó un emotivo texto sobre la muerte del poeta español provocando conmoción en quienes lo escucharon.
“La había escrito, pero no la había puesto en un teatro. Cuando me invitó a participar una senadora, quizás pensando que no haría lo que hice, dije lo mío y pedí leer una escena de la obra, en la que el asesino le permite a García Lorca decir sus últimas palabras”
“Leí eso y se generó conmoción en el senado y después en el país. Y con las entrevistas y notas que se reiteraron convertí en hecho popular mi postura, mi pelea, y comencé a recibir mensajes, jamás agresivos, de gente que me paraba en la calle y me decía “gracias por hacerme pensar”. Creo que aportó una ayuda a la sanción de la ley, por eso me dieron la ciudadanía ilustre, por mi pelea frente a un ideal. No me la dieron por mi trayectoria, aunque la mencionaron, y me causa un orgullo muy especial, porque ser ciudadano es tener derecho a hablar”.
“Así surgió Marica públicamente”, agregó, para aclarar “no hice Marica por esto, sino porque tenías ganas. La obra es muy bella y el final, muy fuerte”.
Tu alegato lo fue, dijimos, con una cadencia propia de quien tiene el oído hecho a una fonética, porque al escucharte, se te notan tus padres...
“¡Gracias!, eso me causa mucho orgullo”, dijo Pepe, con auténtica humildad.
Y agregó “para mí, ir a Gualeguaychú es un placer. Me han dicho que el Teatro quedó maravilloso”, y se despidió con un “te espero el domingo”, tan propio de él como su educación.
Por Silvina Esnaola
EL ARGENTINO
El nombre elegido para esta obra puede sonar fuerte, tanto como hablar del estigma que padece cualquiera que camine por un camino distinto.
No en vano Cibrián ha dicho “Marica es un alegato sobre todo a aquel que es diferente. Implica no sólo la condición de Federico García Lorca por la cual fue asesinado, sino del alma, la creatividad, el arte, la grandeza de todos aquellos que a través de sus obras, sus ideas y aún a costa de su propia vida modificaron la historia del hombre”.
Desde el jardín de su casa en Pilar, Cibrián dijo a EL ARGENTINO “escribí esta obra hace ya unos siete años. Siempre me fascinó Federico. Se me ocurrió una historia que tiene que ver con lo que imaginé de las últimas horas de Federico y su asesino, que no se sabe quién fue, como tampoco dónde lo enterraron.”
“La obra tiene varios personajes, todos compuestos por mí -adelantó, para marcar “la hice para guardarla, porque no imaginaba quién podría hacerla, hasta que un día, en una lectura que hice para mis alumnos, uno de ellos me ofreció hacerla el aula magna de la Facultad de medicina, a beneficio de los hospitales. Fue un éxito brutal. Entonces pensé “me va a gustar hacerlo...” Se me despertaron las ganas de ser actor”.
La obra se estrenó y fue un éxito, con presentaciones en el país, en Cuba, en el Festival iberoamericano de teatro en Miami (representando a la Argentina) y en Fuente Vaqueros, pueblo granadino donde nació Lorca, en el marco de la Semana en su homenaje.
“Fue muy conmovedor hacerla en ese lugar”, dijo Cibrián, que se vale de una escenografía despojada para la interpretación de García Lorca, el asesino, su padre, su madre, Salvador Dalí y otros más en este unipersonal.
¿Ya estabas poniendo esta obra cuando fuiste al Senado?, preguntamos aludiendo a su participación en el debate por la Ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, cuando leyó un emotivo texto sobre la muerte del poeta español provocando conmoción en quienes lo escucharon.
“La había escrito, pero no la había puesto en un teatro. Cuando me invitó a participar una senadora, quizás pensando que no haría lo que hice, dije lo mío y pedí leer una escena de la obra, en la que el asesino le permite a García Lorca decir sus últimas palabras”
“Leí eso y se generó conmoción en el senado y después en el país. Y con las entrevistas y notas que se reiteraron convertí en hecho popular mi postura, mi pelea, y comencé a recibir mensajes, jamás agresivos, de gente que me paraba en la calle y me decía “gracias por hacerme pensar”. Creo que aportó una ayuda a la sanción de la ley, por eso me dieron la ciudadanía ilustre, por mi pelea frente a un ideal. No me la dieron por mi trayectoria, aunque la mencionaron, y me causa un orgullo muy especial, porque ser ciudadano es tener derecho a hablar”.
“Así surgió Marica públicamente”, agregó, para aclarar “no hice Marica por esto, sino porque tenías ganas. La obra es muy bella y el final, muy fuerte”.
Tu alegato lo fue, dijimos, con una cadencia propia de quien tiene el oído hecho a una fonética, porque al escucharte, se te notan tus padres...
“¡Gracias!, eso me causa mucho orgullo”, dijo Pepe, con auténtica humildad.
Y agregó “para mí, ir a Gualeguaychú es un placer. Me han dicho que el Teatro quedó maravilloso”, y se despidió con un “te espero el domingo”, tan propio de él como su educación.
Por Silvina Esnaola
EL ARGENTINO
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