Se debatirá si el futuro del girasol es la bioenergía
Uno de los temas que se discutirá en la 18 Conferencia Internacional de Girasol es si la bioenergía es el destino de esta oleaginosa, aunque la tendencia muestra que no es su principal rumbo.
Entre el 27 de febrero y el 1º de marzo de 2012, en Mar del Plata, Buenos Aires, el girasol debatirá su futuro, en un contexto de un mundo que necesita más alimentos y más energía.
Referentes internacionales anticipan la polémica que se viene mientras el girasol se encuentra en un muy buen momento.
Si bien se espera un incremento de la producción en Argentina y en los principales productores internacionales –como la Unión Europea y la ex Unión Soviética-, la demanda mundial es tan pronunciada que los precios continuarían altos.
El italiano Gian Paolo Vannozzi, del Instituto de Producción Vegetal de Udine, opinó que la demanda de aceite de girasol se incrementará a partir de la aplicación del corte del 10 por ciento en los combustibles que consumirá Europa en 2020.
Postuló que el biodiesel de Alto Oleico es premium para enfrentar el duro invierno europeo y que funcionaría como lubricante.
“En este momento estamos en proceso de desarrollo de una planta de etanol, capaz de producir a partir de la poda de plantas de girasol, caña de maíz y residuos de la cebada que, en conjunto con biorefinerías, podrían abarcar entre 20 mil y 30 mil hectáreas para la producción de biodiesel, bioetanol, biogás, calefacción, electricidad y biolubricantes, entre otros productos”, ejemplificó.
Sin embargo, la tendencia muestra que la energía no sería el principal destino de la oleaginosa.
Actualmente la Argentina es uno de los países que más aportes realiza en materia de conocimiento sobre el cultivo, especialmente en relación a la resistencia a herbicidas, enfermedades y en la búsqueda de la reducción de la brecha entre los rendimientos reales y los potenciales.
Referentes internacionales anticipan la polémica que se viene mientras el girasol se encuentra en un muy buen momento.
Si bien se espera un incremento de la producción en Argentina y en los principales productores internacionales –como la Unión Europea y la ex Unión Soviética-, la demanda mundial es tan pronunciada que los precios continuarían altos.
El italiano Gian Paolo Vannozzi, del Instituto de Producción Vegetal de Udine, opinó que la demanda de aceite de girasol se incrementará a partir de la aplicación del corte del 10 por ciento en los combustibles que consumirá Europa en 2020.
Postuló que el biodiesel de Alto Oleico es premium para enfrentar el duro invierno europeo y que funcionaría como lubricante.
“En este momento estamos en proceso de desarrollo de una planta de etanol, capaz de producir a partir de la poda de plantas de girasol, caña de maíz y residuos de la cebada que, en conjunto con biorefinerías, podrían abarcar entre 20 mil y 30 mil hectáreas para la producción de biodiesel, bioetanol, biogás, calefacción, electricidad y biolubricantes, entre otros productos”, ejemplificó.
Sin embargo, la tendencia muestra que la energía no sería el principal destino de la oleaginosa.
Actualmente la Argentina es uno de los países que más aportes realiza en materia de conocimiento sobre el cultivo, especialmente en relación a la resistencia a herbicidas, enfermedades y en la búsqueda de la reducción de la brecha entre los rendimientos reales y los potenciales.
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