Reunión en Praga
Estados Unidos y Rusia alzan tono por los escudos
Estados Unidos y Rusia siguieron alzando el lunes el tono de sus discrepancias sobre el proyecto de un escudo antimisiles en el este de Europa mientras el presidente estadounidense, George W. Bush, llegó a Praga, primera etapa antes de viajar a Alemania para la cumbre del G8.
El avión presidencial, el Air Force One, aterrizó en el aeropuerto de Praga en la tarde del lunes, constató un corresponsal de la AFP en el lugar. El controvertido escudo antimisiles estadounidense en la República Checa y Polonia centrará las reuniones que Bush mantendrá el martes por la mañana con el presidente checo, Vaclav Klaus, y el primer ministro conservador, Mirek Topolanek.
Ante la llegada del mandatario estadounidense, "varios miles" de manifestantes se congregaron el lunes por la tarde en el centro de Praga para protestar contra la estación radar que el Pentágono prevé instalar en suelo checo, en conexión con los diez interceptadores de misiles previstos en suelo polaco.
Los manifestantes -que llevaban pancartas con lemas como "No a las bases" e hicieron mucho ruido con silbatos- fueron cifrados en unos 600 por la policía checa. Bush viajará el martes por la tarde a la localidad alemana de Heiligendamm, donde el miércoles por la mañana se inaugurará la cumbre del G8 (los ocho países más industrializados del mundo), en presencia, entre otros, del presidente ruso, Vladimir Putin.
A la espera, en el marco del G8, de un encuentro bilateral entre Bush y Putin, que se prevé tenso, la Casa Blanca deploró el lunes "la escalada" verbal llevada a cabo por el presidente ruso y anunció que Bush también hablará sobre el estado de la democracia en Rusia en sus reuniones del martes en Praga.
Putin se mostró muy a la defensiva el domingo al reavivar el fantasma de la guerra fría en una entrevista concedida a varios medios de comunicación occidentales. El presidente ruso amenazó con apuntar nuevamente misiles hacia Europa si Washington persiste con su proyecto de escudo antimisiles.
Rusia se considera amenazada directamente por ese proyecto, pese a que Washington asegura que su objetivo es servir de protección ante posibles ataques misilísticos procedentes de Oriente Medio, y más concretamente de Irán.
A bordo del avión que transportaba a Bush a Europa, uno de sus consejeros, Steve Hadley, lamentó "la escalada" verbal que, en su opinión, "no arregla las cosas". Hadley abogó por un "diálogo constructivo" y repitió que el escudo antimisiles "no representa una amenaza para Rusia".
"Esperemos que no haya una amenaza por parte de Rusia", añadió.
Bush, que ha descrito a Putin como su "amigo", asegura que el proyecto sólo pretende proteger a Europa de posibles misiles de Estados parias. Pero Rusia, ya inquieta por los proyectos de extensión de la OTAN, lo ve como una amenaza hacia su seguridad. Hadley volvió a subrayar que Bush intentará tranquilizar a Putin en la cumbre del G8 y que adoptará la misma estrategia cuando ambos mandatarios se reúnan, a principios de julio, en Estados Unidos.
Sin embargo, ante aquéllos que le piden explicaciones sobre su relación con el presidente ruso, el mandatario estadounidenses declara su "respeto" y "firmeza" ante Rusia. El martes, Bush se atreverá a irritar nuevamente a Moscú con el discurso que realizará en Praga sobre "la dificultad de promocionar la democracia" en grandes países "con los que tenemos una relación compleja y muchos intereses", como China y Rusia, añadió Hadley.
Fuente: AFP-NA
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