Trabaja para crear conciencia sobre los residuos que generamos
Hace un tiempo, Beatriz Spiazzi comenzó a ocuparse de la basura de todos los días, porque entiende que “dónde poner y qué hacer con los residuos que cotidianamente originamos los seres humanos, es una cuestión a resolver”.
Cuando se jubiló convirtió lo que antes era una chacra familiar en un emprendimiento turístico, que al día de hoy tiene seis cabañas y un salón de eventos, “y como no tenemos recolección de residuos, debimos encarar qué hacer con ellos”, contó, para agregar “al principio la opción era reciclar, porque aún no teníamos el Ecoparque”.
“Empezamos a clasificar y llevaba al basural lo que no se reciclaba y vendía lo que se recuperaba”.
Así comenzaste a separar orgánicos de no orgánicos...
“Sí. Todos los desechos vegetales los separaba para las lombrices; los vidrios, plásticos, papeles y metales los vendíamos y los desechos sanitarios los llevaba al basural”.
Pasó el tiempo, tenemos el ecoparque y Beatriz dejó de gerenciar su emprendimiento, en el que “la única responsabilidad que tengo es la de ocuparme de los residuos”, contó.
¿Por qué lo hacés?
“Porque me encanta. Empezás y te vas enterando que hay diferentes tipos de plástico, que las revistas van por un lado, los diarios por otro, que los sachets de leche tienen su recorrido... Me interesé por el tema y sigo aprendiendo”.
Y prueba de esto es, además del trabajo que hace, el registro que lleva a la dirección de Medio ambiente con el detalle de lo que recicla.
“Hará unos seis años que lo hago y tres que lo registro”, detalló.
Y también hizo un aporte por escrito para compartir, sobre la cuestión central: la generación de tanta basura, a causa de esta cultura de consumo con tanto empaque, envase y etiquetado.
“La práctica de separar los restos de alimentos de sus envases, sean éstos de vidrio, plástico, tetra, papel, cartón, nylon es imprescindible si se quiere conseguir una ciudad limpia. Limpiar y secar los envases y elementos a reciclar hace posible su transporte y su aprovechamiento sin generar olores desagradables, moscas y roedores en los recintos en los que el material es tratado por los recuperadores y enviados a los centros concentradores para constituirse en materia prima de nuevos bienes” afirma Beatriz en esta carpeta hecha a partir de lo que le toca vivir como dueña de un lugar en el que se genera mucha basura, pero en la que ella demuestra cuánto se puede reciclar.
“La realidad cambió y nosotros no. No nos damos cuenta de la cantidad de residuos que producimos. El ideal sería que todo lo que se produce se pueda reciclar. Y lleguemos a cero basura. Pero estamos lejos todavía, aunque la mayoría de los desechos se pueden reciclar”.
“Si en cada casa se hace en un rinconcito una compostera donde tirar la verdura, se elimina el 40 por ciento de lo que se lleva al ecoparque y se transforma en abono para las plantas. Para la bolsa quedarían las botellas de gaseosa, de vidrio, las latitas, el tetra de la caja de tomates, los envases de fideos, yerba, los residuos sanitarios , las colillas de los cigarrillos, que no se degradan ni hay manera de usarlas”.
¿Y cómo hacés esta docencia en tu emprendimiento?, quisimos saber.
“Dispusimos canastos y señalética para llegar al centro de separación general y en cada cabaña, pusimos los canastos para separar la basura, todos bien identificados. Además, entregamos bolsitas de friselina con el logo nuestro a quienes vienen a hospedarse”.
¿Qué te dice la gente?
“Hay de todo. Están los que no separan, los que lo hacen habitualmente, los que se sorprenden al encontrarse con todo esto dispuesto. Hay un problema y es que la gente sigue desentendiéndose de la basura, en lugar de asumirla, separarla y dar su destino a cada cosa”.
“O quizá está eso de “me molesto en vaciar y lavar el sachet de mayonesa, juntar las tapitas, separar las pilas, apilar las bandejitas de telgopor limpitas y pasa el camión de la basura y junta lo mío con lo de los otros que no limpian ni separan, con todo lo demás mojado, sucio, podrido, que arruina lo que hice. Pero en esto se necesita de todos los actores porque los recolectores juntan todo lo embolsado, separado o no. Por eso es imprescindible separar en casa”.
“La separación en origen, posterior recolección selectiva y tratamiento, y la progresiva fabricación de elementos reciclables en una alta proporción, hará que paulatinamente dejemos el concepto de basura, y la basura misma, en el pasado. Es posible, es beneficioso desde el punto de vista ambiental, económico, estético. Para usar una expresión de la zona, es cuestión de ponerse. ¿Y entonces? Hagámoslo”, propone sin más vueltas Beatriz Spiazzi, que entiende necesario generar conciencia y actitud “porque los residuos nacen por la manera de consumir que tenemos. Es un problema cultural y un paradigma a cambiar. Estamos acostumbrados a poner la basura en la calle y olvidarnos de ella”.
Silvina Esnaola
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