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A pesar del pedido de la CGT, la mayoría de los gobernadores no confirmó asistencia al acto
El último acto con parte de la organización hecha por el sindicalismo fue el que realizó la UOCRA, que conduce Gerardo Martínez, en Esteban Echeverría.
La central obrera recibirá al Presidente para conmemorar un nuevo aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón. Idas y vueltas en la organización. La falta de alineamiento político de los mandatarios.
Este viernes Alberto Fernández brindará un discurso en la sede histórica de la Confederación General del Trabajo (CGT), para conmemorar un nuevo aniversario de la muerte del ex presidente Juan Domingo Perón. Después de 24 horas de idas y vueltas, la central obrera acordó con el Gobierno hacer el acto.
Esas ideas y vueltas expusieron la interna que sufre la CGT, respecto a la mirada que hay sobre la relación con el gobierno nacional, y la falta de conducción política del Presidente, al que sus aliados dentro del peronismo casi lo dejan sin acto, justo un día antes de que hable Cristina Kirchner.
Uno de los pedidos que hicieron los sindicalistas es que haya presencia de los gobernadores del PJ, los dirigentes de mayor peso político dentro de la estructura del partido. Justamente el Partido Justicialista fue el que convocó al encuentro, luego de que los dirigentes sindicales se quejaran porque el Gobierno intentó organizar el acto en su sede.
A menos de 24 horas de que se haga el acto, la mayoría de los gobernadores confirmaron su ausencia o mantienen la duda sobre qué harán. Los que aún no dieron el visto bueno adjudican la demora a cuestiones de agenda que están coordinando.
Los que ya confirmaron que estarán son Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Jorge Capitanich (Chaco), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego). Son solo cinco.
Los que no estarán son Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Uñac (San Juan), Alicia Kirchner (Sant Cruz), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Omar Perotti (Santa Fe). Tampoco estarán Juan Schiaretti (Córdoba) y Arabela Carreras (Río Negro).
Aún restan confirmar Gustavo Sáenz (Salta), Mariano Arcioni (Chubut), Axel Kicillof (Buenos Aires), Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Gildo Insfrán (Formosa) y Sergio Ziliotto (La Pampa). En el Gobierno esperan que al menos tres de ellos estén presentes.
El último acto con parte de la organización hecha por el sindicalismo fue el que realizó la UOCRA, que conduce Gerardo Martínez, en Esteban Echeverría. Fue un momento donde Fernández venía muy castigado por los cuestionamientos del kirchnerismo y la interna estaba al rojo vivo.
En esa oportunidad, no fue ningún intendente del conurbano, ni siquiera el local, y un solo gobernador, que fue el sanjuanino Sergio Uñac. La falta de respaldo y volumen político quedó expuesta en las fotos y videos de aquel evento.
Al igual que en esa oportunidad, este viernes, el acto en la histórica sede sindical tendrá un impacto político. No solo por el discurso del Presidente, que se espera que refleje los argumentos para sostener que la economía está creciendo y que la crisis se produce por consecuencia del crecimiento.
Si bien en el las entrañas del Gobierno algos elucubran que Fernández puede salir con un discurso duro, que marque autoridad, en el peronismo existen dudas sobre el contenido político, en código de interna, que tendrá el discurso del Presidente.
Los gobernadores no están alienados a Alberto Fernández. Una muestra de eso fue la carta que firmaron el viernes de la semana pasada cuando inauguraron la Liga de Gobernadores, conformada por 17 provincias. En ese texto hubo cuestionamientos al rumbo económico. Fue una crítica encubierta a la gestión del Presidente y de su ministro de Economía.
Según pudo reconstruir Infobae, hay mandatarios, cercanos a Fernández, que se sintieron incómodos por haber acompañado la carta. Quedaron entrampados en una línea critica que, en ese momento, fue una continuidad de los cuestionamientos que ya había hecho Cristina Kirchner en Avellaneda.
Tal es así, que desde el entorno de un gobernador peronista deslizaron que hay buenas chances de que las 17 provincias no se vuelvan a reunir. Es decir, que la Liga de Gobernadores no tenga continuidad en el tiempo por las diferencias existentes respecto a cómo manejar el vinculo con la Casa Rosada.
Lo que es seguro es que los gobernadores quieren ser un polo de poder dentro del universo peronista, que ya hace tiempo que está fragmentado. Sobre todo porque se aproximan las elecciones ejecutivas y quieren participar, en forma conjunta, en la decisión del rumbo que debe tomar el peronismo.
La grieta interna también divide a los gobernadores, aunque sean mucho más pragmáticos para esconderla. Hay algunos, como es el caso de Kicillof o Capitanich, que juegan en el terreno kirchnerista del Frente de Todos, mientras otros como Bordet o Ziliotto, están más cerca del Presidente, aunque ninguno sea, o quiera ser, albertista.
Al acto no está convocado todo el gabinete nacional, pero hay algunos nombres de peso que estarán, como es el caso del Jefe de Gabinete, Juan Manzur, el interventor de la AFI, Agustín Rossi, y el ministro de Producción, Daniel Scioli. Habrá varios dirigentes vinculados al PJ que son cercanos al Presidente.
La figura presidencial está debilitada por el desgaste de una gestión que fue corroída por los propios. De la Vicepresidenta para abajo, en todo el arco K, avanzan contra el Jefe de Estado sin importar el costo político que tiene las incesantes críticas a Fernández, líder del Gobierno.
Un síntoma de esa debilidad es la ausencia, o la extensa demora en confirmar presencia, de muchos gobernadores peronistas para un día que es importante dentro del calendario del PJ. Las principales quejas que hay en el peronismo contra el Presidente son por la falta de conducción política. La organización del acto parece calzar en esa retórica.
En este tiempo de interna caliente las presencias y las ausencias de los actos marcan el pulso de la discusión que hay puertas adentro del Gobierno. No solo en el acto que tendrá lugar en la CGT, sino también en el que Cristina Kirchner encabezará el sábado en Ensenada. En el Gobierno esperan que vuelvan a llover críticas sobre la gestión. Será un fin de semana con intensidad política.