Cristina asumió la presidencia
Luego de jurar por "Dios, la Patria y sobre los Santos Evangelios", la Presidenta convocó al diálogo a todos los poderes y sectores sociales, pero sentó posiciones fuertes sobre los temas centrales de su gestión, entre ellos el Pacto Social y las relaciones exteriores, en el que dedicó un párrafo especial al conflicto con Uruguay por la papelera Botnia.
Cristina Fernández asumió ayer la presidencia de la Nación luego de recibir los atributos de
mando por parte de su marido, el mandatario saliente Néstor Kirchner, ante una Asamblea Legislativa en la que marcó con énfasis los principales lineamientos de la gestión que inicia.
La flamante jefa de Estado aprovechó su discurso inaugural -que le insumió 50 minutos de una oratoria impecable, pese a que no lo leyó- para resaltar además la figura de su marido, a quien
agradeció por compartir el "mismo proyecto político".
"Nunca aprendí el protocolo", había admitido él entre risas minutos antes, cuando se aprestaba a colocarle la banda presidencial a su esposa, a quien miró fijamente a los ojos al traspasarle el bastón de mando, antes de firmar el acta que rubricó la asunción de Cristina y de su vicepresidente, Julio César Cleto Cobos.
Todo esto sucedió ante la mirada de unos 160 mandatarios y funcionarios extranjeros que llegaron al Congreso, como el brasileño Lula Da Silva, la chilena Michelle Bachelet y el boliviano Evo Morales, mientras el venezolano Hugo Chávez, algo retrasado, se apresuraba a encontrar su lugar.
Fuera del Congreso, en sus inmediaciones, una multitud siguió el discurso de la flamante presidenta, mientras que distintas organizaciones oficialistas se concentraban en la Plaza de Mayo
-donde se registraron algunos incidentes- para celebrar la promocionada "Fiesta de la Democracia".
Al dirigirse a la Asamblea Legislativa -la sesión conjunta de la Cámara de Diputados y el Senado-, la Presidenta definió el Pacto Social que impulsará como "las grandes metas" que intentará
alcanzar su administración en los próximos cuatro años, hasta 2011.
Tras subrayar que ese Pacto no será un "acuerdo de precios y salarios", advirtió: "No soy presidenta para convertirme en gendarme de la rentabilidad de empresarios o para ser parte de una
interna sindical o política".
Primera presidenta mujer de la Argentina elegida por mandato popular, Cristina no obvió la cuestión de género en su discurso: "Tal vez me cueste más porque soy mujer, pero creo tener la fuerza
para poder hacerlo. Tengo el ejemplo de Eva (Perón), que no pudo pero que tal vez se lo merecía más que yo, y el ejemplo de las Madres y las Abuelas (de Plaza de Mayo)".
En párrafo aparte para la política exterior, reafirmó la pertenencia a América latina; condenó la "violación global de los derechos humanos" en el marco de la lucha antiterrorista; ratificó
el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas, y subrayó que el conflicto bilateral con Uruguay "no le es imputable" a la Argentina.
Además, reafirmó su posición a favor de "una construcción política social y económica diferente" y defendió el modelo económico "de acumulación con inclusión y matriz productiva diversificada", aunque admitió que "siempre va a faltar la victoria definitiva mientras haya un pobre en la Patria".
Al referirse a la "reconstrucción" del Estado les advirtió a los empresarios que "tienen también la obligación moral de construir un país distinto" y exhortó a que "cada uno se haga cargo de la (responsabilidad) que le corresponde en la construcción de una sociedad diferente".
Valoró la actualidad del Parlamento al destacar que los senadores y diputados lograron "recuperar el equilibrio, el rol constitucional" y pidió "profundizar" esa realidad "discutiendo y
debatiendo con memoria histórica".
Al hablar sobre el Poder Judicial, destacó con fuerza la conformación actual de la Suprema Corte, a la que definió como "honorable", aunque pidió "igualdad tributaria" para "todos los
argentinos", en clara referencia al Impuesto a las Ganancias que no alcanza a los jueces.
Además, pidió que durante su mandato finalicen los juicios contra "quienes fueron responsables del mayor genocidio de nuestra historia", en referencia a los jerarcas de la última dictadura
militar.
"Se lo debemos a quienes fueron las víctimas, a sus familiares, a las Abuelas, a las Madres, a los sobrevivientes que no pueden seguir estando sometidos a la tortura del relato permanente de la
tragedia, y también a las Fuerzas Armadas para que de una vez y para siempre se pueda separar la paja del trigo y podamos todos volver a mirarnos a la cara", definió.
En el tramo final de su primer mensaje como presidenta, Cristina defendió con fuerza la educación pública y gratuita, aunque advirtió que "no hay financiamiento estatal que valga sin
capacitación docente y si los alumnos no estudian".
"Faltan muchas cosas, tendremos que corregir otras. Estoy convencida de que lo vamos a poder hacer con el esfuerzo y trabajo de todos los argentinos", expresó sobre el final de sus palabras.
Concluido el discurso, que el recinto en pleno aplaudió de pie, la Presidenta abandonó el Congreso para dirigirse en automóvil hacia la Casa de Gobierno, siempre acompañada por su hija Florencia y flanqueda por su marido. Su hijo Máximo Kirchner había estado en el Congreso de la Nación.
Una vez en la Casa Rosada, la primera tarea de Cristina como jefa de Estado rubricó las actas de designación de los integrantes de su Gabinete, signado por la continuidad de funcionarios que
estuvieron el la gestión de su marido.
Minutos después, en el Salón Blanco, visiblemente emocionada tomó juramento a sus ministros y se le quebró la voz cuando tuvo en frente a su cuñada, la ministra de Desarrollo Social Alicia
Kirchner, con quien se fundió en un fuerte abrazo.
Finalizados los actos protocolares, comenzó en el escenario dispuesto frente a la Plaza de Mayo la "Fiesta Democrática", con numerosas figuras de la cultura, encabezadas por la cantante
Mercedes Sosa, que acompañaron los festejos por la asunción de la flamante Presidenta.
Mientras se veían imágenes de su adolescencia y juventud, Cristina subió al escenario acompañada de su marido, el ahora primer ciudadano Néstor Kirchner, y sus dos hijos, Florencia y Máximo, quienes en todo momento acompañaron el día consagratorio de su madre y la despedida de su padre de la Presidencia.
Fuente: NA.
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