Armas
La Justicia profundiza su investigación
Los investigadores judiciales comenzaron a trabajar sobre la hipótesis de que detrás de la máscara de "material de desguace" se escondería un cargamento de partes de armas que luego se podrían transformar en fusiles terminados, para ser colocados en algún país sudamericano y revenderlos a narcotraficantes u otros delincuentes.
La Justicia busca determinar si el presunto contrabando de repuestos usados de fusiles de
Fabricaciones Militares (FM) con destino a una empresa radicada en Estados Unidos se trató de una operación aislada o es parte de un trabajo que se viene realizando desde hace ya varios años.
La operación, por la que quedó involucrado el Ministerio de Planificación que tiene bajo su órbita a FM, fue descubierta en febrero último por la Aduana.
Según trascendió, el embarque frenado en la Aduana era el tercero de una operación comercial por 330.000 dólares, consistente en la venta de partes nuevas, usadas y semielaboradas de fusiles automáticos livianos (FAL) y fusiles automáticos pesados (FAP).
Inicialmente, la Aduana creyó estar ante una maniobra de subfacturación en la exportación de armas, pero luego comprobó que un embarque de 6.739 kilos de repuestos de armas de guerra había
sido declarado a un precio de sólo 2.664 dólares, es decir, a un irrisorio valor inferior a 40 centavos de dólar por kilo.
Al controlar el cargamento, los funcionarios de la Aduana descubrieron que había componentes de fusiles con falsa numeración o no declarados en los remitos de exportación, y otros con sus
numeraciones limadas.
Fuente: NA.
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