Poco feliz
El abogado que representa a la joven de 19 años que confesó haber asesinado a su exnovio de dos balazos ha tenido expresiones que debería revisar. Como la del miércoles, citada entre declaraciones suyas que reprodujo este diario.
En un tramo de la entrevista el profesional apeló a la ironía y en una poco feliz declaración sostuvo que su defendida “por poco no está colgada de una soga”.
Como con esto pretendió graficar el estado de su clienta dentro de una celda, llama la atención, porque como abogado debe conocer cuáles son las condiciones de una prisión preventiva.
Y como cualquiera de nosotros, debería conocer, también, qué les sucede a las personas que han perdido un ser querido colgado de una soga.
El recuerdo de la escena difícilmente se borra y con cada reminiscencia, cada alusión, como en este caso, el dolor recrudece.
Pero esta gente no sale a rebatir dichos como los que aludimos porque el respeto por esa persona muerta es tan elevado que no se permiten ingresar al terreno para no dejar mancillar esa memoria, que es a lo que se aferran.
Cuidar el lenguaje, las expresiones, el tono con el que se habla es una actitud que se valora en cualquiera de nosotros.
Y que además prestigia cualquier profesión.
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