Una comisión reorganizadora para el Centro de Veteranos de Malvinas

Veteranos de Malvinas de Gualeguaychú no tienen un lugar donde reunirse. Tuvieron una casa cedida por la municipalidad durante la gestión de Emilio Martínez Garbino, ubicada en Maestra Piccini 1028. Pero la venta de la propiedad -en el transcurso de la gestión municipal siguiente- hizo que debieran levantar sus pertenencias hasta tener el lugar propio, que se erigiría en el terreno que compraron en Rubén Darío y Tres de Febrero, con el subsidio que recibieron de la provincia.

Pero la construcción está demorada por distintas razones y buena parte de lo que estaba en la casa de Maestra Piccini se ha perdido.

Ante esta situación EL ARGENTINO habló con Elsa Mosto y Héctor Miguel Mista, referentes ambos de los caídos y veteranos de Malvinas.

“El Centro no tiene lugar, se están perdiendo algunas cosas de las que había en la casa de calle Maestra Piccini. Nosotros no hemos podido juntarnos con nada, porque cuando la casa se levantó, se llevó todo de allí”, dijo Mosto.

También lamentó que los respectivos centros que nuclean a quienes participaron de la guerra “no puedan juntarse”, así como que no tengan, al día de hoy, un lugar para funcionar.

“Me duele mucho cuando vienen veteranos de otras ciudades, me golpean la puerta y preguntan “¿dónde esta el Centro?”, porque debo responderles “tenemos veteranos pero no Centro”, afirmó.

 

- Dijiste “en Gualeguaychú no hay un Centro, pero lo tuvimos. ¿Qué pasó?

No sabemos... La Municipalidad nos había prestado la casa de Maestra Piccini 1028 donde había un pequeño museo, se hacían reuniones, cenas, almuerzos, actividades diferentes. Yo no iba tanto, mi mamá sí. Cuando les pidieron la casa, se levantó todo. Mi mamá había pedido un subsidio para comprar un terreno donde hacer el Centro y cuando lo obtuvimos se compró un lote en Rubén Darío y Tres de febrero (N de la R.: el 2 de abril de 2008, EL ARGENTINO publicó una entrevista a Héctor Mista, por entonces presidente del Centro, en la que decía “Ahora pudimos comprar un terreno en Rubén Darío, entre Presidente Perón y Eva Perón, con un subsidio de cuarenta mil pesos que recibimos por gestiones del ex vice gobernador Guastavino. Allí tenemos un tinglado al que falta cerrarlo, pero en este momento no tenemos fondos para hacerlo. Ya lo cercamos, pero nos robaron el alambrado”).

“Queremos recuperar la documentación para empezar a hacer algo en el terreno, un museo de Malvinas, pero no podemos...”

 

-¿Por qué, si esa documentación es de todos?

“Si nos juntáramos (los centros), si los veteranos fueran más unidos, se podrían lograr muchas cosas. Se van a cumplir 36 años de la guerra y no hay un Centro formado, no hay unión entre los veteranos...”, insistió.

“Con Nora (Dimotta) quisimos juntarnos para trabajar juntos, para que se conozca quiénes son los veteranos... Terminamos reuniéndonos cuatro veteranos, Nora y yo”, planteó.

 

- ¿Qué tan grandes son las diferencias que les impiden juntarse en un Centro?

“Entiendo que las diferencias tienen origen en los rangos que tenían, si eran conscriptos u oficiales y a qué fuerza pertenecía cada uno. Y creo que debe ser el único lugar en la Argentina donde existe algo así...”.

- Recién hablabas de la falta de reconocimiento de la comunidad. El año pasado la municipalidad inauguró el espacio de Malvinas en la Costanera del tiempo y por otra parte, ¿cómo lo van a tener, si aunque la gente no conozca estas internas, no puede verlos porque no se juntan para hacer cosas?

“Por eso queríamos trabajar todos juntos, para estar siempre presentes, pero lamentablemente no pudimos. Por ejemplo: en septiembre del año pasado hicimos en Pueblo Belgrano unas jornadas de Malvinas. De los veteranos de Gualeguaychú fueron cuatro. Tenemos más apoyo de veteranos de afuera que de los nuestros”.

 

- Volvamos al Centro. ¿Sigue en actividad?

“Pensamos en conformar otra comisión que reuniera a todos, a los veteranos, los soldados, los familiares, porque el Centro de Veteranos tiene un estatuto que dice quiénes pueden integrarlo... Mamá estaba en el Centro, pero ahora que ella falta, yo no puedo integrar la comisión, según ese estatuto. Por eso pensamos en una comisión aparte, que nuclee a veteranos y familiares de caídos, pero tampoco podemos hacerlo porque no tenemos respuesta de nuestros veteranos...”

Planteado esto, Elsa Mosto consignó que ella y otros más hoy están abocados a recuperar todo lo que había en la casa de Maestra Piccini 1028 y continuar con el proyecto de construir en el predio adquirido “para tener un museo, un salón para charlas, un espacio para hospedar a los veteranos que vengan de otras ciudades....”

“Al dolor, ya lo sufrimos”

Por su parte, Héctor Miguel Mista, vice presidente del Centro de veteranos cuando la presidencia estaba a cargo de Oscar Carlés y debieron dejar la casa frente al corsódromo porque la propiedad se vendía, dijo a EL ARGENTINO, cuando se le preguntó por los elementos del Museo “las cosas se destruyeron, porque cuando salimos de Maestra Piccini las llevamos a un stud detrás del hipódromo. Pensamos que iban a estar poco tiempo allí, pero no fue así y las atacaron las ratas...”

 

-¿También la documentación de la compra del terreno?

“No, los títulos y otra documentación están guardados”.

- Elsa Mosto dijo que Gualeguaychú no tiene Centro de veteranos, ¿se disolvió?

“No. Lo que sucede es que al Centro lo integramos los veteranos de guerra. Y al fallecer algunos, quedamos pocos y de los que participábamos, menos todavía. Por eso se hace difícil llevar adelante las cosas”.

 

-¿Qué van a hacer con ese terreno, comprado para el Centro de Veteranos?

“El estatuto tiene su determinación, pero por el momento estamos en un stand by, tomando empuje para dar el salto”.

 

-¿Quién es el presidente?

“Estoy yo. Como vice de Oscar Carlés, cuando él murió quedé yo. Y estamos haciendo una comisión reorganizadora”.

Luego de esto, Mista retomó la cuestión de la pérdida del material y dijo “nosotros tenemos lo más apreciado, como las cartas. Se perdió documentación como las copias de notas enviadas, las recibidas, registro de actividades realizadas, pero todo lo que es balance, libro de Actas, siempre se mantuvo. He ido varias veces a Paraná por la Personería jurídica, que no hemos perdido y debemos regularizar. Y el terreno está escriturado, no debe impuestos porque está exento, así que no se va a perder”.

Y en cuanto a las diferencias entre los grupos, consideró “esa grieta ya está cerrada. La de soldados contra el personal de cuadro. Y era tiempo, porque al dolor ya lo sufrimos, ¿para qué más? La idea y la esperanza de empezar están. Además, lo que teníamos hacer, ya lo hicimos con creces...”