Condenado a prisión efectiva por tenencia de marihuana y éxtasis

 

Por otro lado, la defensa técnica ejercida por Corina Beisel alegaba la condición de consumidor del acusado.

Finalmente, la jueza Noemí Berros, al frente del juicio oral, falló en referencia a la tenencia ilegítima. La pareja de Vélez, que también llegó acusada al debate oral, obtuvo la suspensión del juicio a prueba y se ordenó que el condenado, que seguirá en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná cumpliendo sentencia, realice un tratamiento de desintoxicación.

De esta forma, Maximiliano Vélez y Antonella Brunengo fueron juzgados en el Tribunal Oral Federal de Paraná y ambos fueron llevados a debate luego de un allanamiento en calle Pringles 96 de la capital provincial, en donde se halló casi medio kilo de marihuana, 14 pastillas de éxtasis, un revólver, una balanza y una serie de precintos, consignó Análisis Digital.

El juicio comenzó el viernes pasado y concluyó ayer. La Fiscalía a cargo de José Candioti alegó la responsabilidad de Vélez respecto de la tenencia de esa droga para fines comerciales y no de consumo personal, como lo esgrimió la defensa de Vélez y su pareja.

El procedimiento de la Policía de Entre Ríos se desarrolló por una denuncia de robo, donde los asaltantes habrían acudido a refugiarse en el domicilio de Vélez, ubicado en calle Pringles 96. Una vez allí, los oficiales requisaron toda la casa y hallaron en el patio de adelante del hogar, debajo de bolsas y caños de basura, una serie de elementos que los vinculó con el delito de comercialización de estupefacientes: junto a la droga se encontró una balanza, precintos y un arma.

Vélez había realizado una declaración en la etapa de instrucción y el viernes pasado amplió sus dichos. “La balanza era para pesar la bijouterie que nosotros producíamos y vendíamos, mientras que los precintos eran para sostener los colgantes en los exhibidores que la Policía rompió durante el allanamiento”, explicó. A su vez, aseguró que la droga era para su consumo que “cada día era más grande” y con “drogas más pesadas”. Aseguró que las pastillas de éxtasis eran para su consumo personal y del gusto que tenía de asistir a fiestas electrónicas. Del arma nada dijo, ni se le preguntó.

Brunengo se limitó a lo declarado en primera instancia, lo que motivó la introducción por lectura de su defensa. Aseguró que ella sólo conocía la existencia de la marihuana en una caja y que era estrictamente para su consumo personal: “Yo fumo mucho porque me ayuda a evitar las convulsiones de mi epilepsia”, se justificó.