Gualeguaychú en Nicaragua: "Las calles son las de un país en guerra"

El 18 de abril y tras una protesta estudiantil, se desató en Nicaragua la más grave crisis en la historia del país desde la revolución sandinista que derrocó al dictador Anastasio Somoza en 1979.

A dos meses de iniciado el conflicto no se vislumbra una pronta solución debido a que el presidente, Daniel Ortega, se resiste a dejar el poder como lo exige la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que agrupa a estudiantes, empresarios y otros miembros de la sociedad civil involucrados en las protestas.

Desde el Gobierno, anunciaron que  46 personas murieron desde que iniciaron las protestas, pero la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reporta al menos 127 muertos y más de 1.200 heridos.

Franco, hace más de 2 años que se dedica a "vivir viajando y a viajar viviendo", según sus palabras, sus objetivos de conocer países exceden cualquier tipo de actividad turística, sino "que me ha resultado más interesante poder comprender el comportamiento social de cada país", explicó.

 "Lo que me trae hoy a Nicaragua, viene ya desde finales del 2016, cuando fui a Venezuela. Mi primer país con una gran crisis sociopolítica. A pesar de que toda mi familia y amigos me decían que estaba loco, que no entre a ese país, la decisión era mía y ya estaba tomada. Era difícil explicarles logrando comprensión, que yo quería hacerlo, que me sentía preparado, que quería ver con mis propios ojos lo que estaba pasando en esa parte del mundo, y poder contarlo desde mi experiencia, no la de otro", manifestó. "Es justamente esa manera de pensar, lo que me hizo cruzar la frontera Costa Rica - Nicaragua el pasado mayo. Quería ver, comprender y comunicar lo que estaba pasando con una crisis sociopolítica tan fuerte cómo está", agregó.

El lunes 11 de junio escribió en su red social, acompañado por una foto que mostraba personas con armas en sus manos, " Requisas civiles armadas, son situaciones diarias habituales en en trayecto que va desde las afueras de Granada, Masaya y Managua, en dirección a León. Hay aproximadamente 60 cortes en un país que para entrar en dimensiones, es 21,22 veces, más pequeño que Argentina. Acá se respira tensión, Nicaragua ya tiene 139 muertos, cumpliendo hoy 55 días de la crisis sociopolítica más sangrienta desde los años 80, con Ortega también de presidente".

Frente a esto, expresó "acá la situación está complicada, por lo que he hablado con los vecinos de distintas partes del país, hay dos facciones muy marcadas, por un lado el oficialismo y por el otro la oposición. El país en este momento se encuentra en un paro nacional general, con diferentes cortes de rutas, e incluso cientos de cortes dentro de las ciudades. Estos cortes, son protagonizados por los vecinos que apoyan la oposición, armados con armas de fuego caseras, llamadas morteros".

Y añadió "los vecinos cuentan que dicha oposición, financia económicamente a estos grupos revolucionarios, con el propósito de generar caos y malestar, para lograr la renuncia del presidente Daniel Ortega, o perjudicarlo en las tan habladas elecciones adelantadas.  A su vez, del otro lado entran en juego la policía y paramilitares, que fuertemente armados, luchan contra los protestantes, para desmantelar las trincheras y las manifestaciones".

Por otro lado, mientras contaba  sus días en Nicaragua, subrayó "es común escuchar a diario disparos en el barrio que me encuentro, sin ir más lejos, los estoy escuchando en este preciso momento. El jueves a sólo 100 metros de distancia, hirieron a más de 20 personas, secuestraron a 10, y aun no tenemos el número exacto de muertos".

 

El futuro

 

A pesar de estar en aquel país por propia  voluntad, Franco contó sobre lo que ve en el barrio  bajo de León donde  se está hospedando y su posible salida del país. "La gente tiene miedo, las calles son las de un país en guerra, devastadas. Es muy triste ver y vivir esta lucha tan desequilibrada, porque la clase baja es la que está muriendo a diario, son los peones de una guerra política, traducida en guerra civil".

"Se hace muy difícil dejar la ciudad, a causa de los cortes y el paro forzado de transporte. La gente que no tiene conveniencias políticas, solo quiere que la dejen trabajar y darle de comer a su familia, quiere simplemente paz".

Y  concluyo, "me voy a ir ni bien calme un poco esto, está muy peligroso para salir. Siento que ya comprendí lo que vine a vivir acá, y que cumplí con mi propósito. No hay nada que yo pueda hacer esta situación, es meramente política".

 

POR CANDELA GIACOPUZZI