Opinión
Sin guardarail
La ruta nacional 14 o Autovía mesopotámica, sigue presentando huellones que son la muestra de los cruces clandestinos de una a otra mano.
No importa saber de los siniestros -que son muchos- han ocasionado los irresponsables que para evitar llegar hasta un punto de retorno, cortan camino.
Tampoco vale demasiado, al parecer, saber que los causantes de muertes por esta acción terminan en la cárcel, si salen vivos de la tragedia que ellos mismos provocan.
Porque esta maniobras siguen realizándose.
Y se reiteran porque además de haber miles de malas personas, faltan los guardarails en los canteros centrales.
De haberlos, no tendríamos que hablar de estas maniobras.
Tampoco de las muertes, lesiones y discapacidades que producen.
Pero como no están, salvo en muy breves tramos, los que deberían ser llamados como corresponde siguen con sus avivadas, que para otros ya sabemos que es encontrarse con un frontón en plena ruta.
Mientras no se coloquen las protecciones seguirán haciéndose estas trampas.
Y la 14 volverá ser llamada la ruta de la muerte.
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