El costo social de bajar  el gasto público

 

Sin embargo estas metas que se impusieron el año pasado no se alcanzaron y lo poco que se logró fue en base al sufrimiento de los que menos tienen y de los trabajadores que vieron como sus fuentes de trabajo desaparecieron.

Es cierto que el desbarajuste económico que tuvo que afrontar el gobierno de Mauricio Macri, fue un gran desafío. El gobierno se encontró totalmente cercado y tuvo que apuntar al endeudamiento externo para poder financiar el déficit del Estado.

El hecho de no haber respetado durante décadas una consigna básica de la economía que es “no gastar más de lo que ingresa”, generó un descalabro financiero, impuestos altos, e infraestructura atrasada para que la pequeña y mediana empresa puedan ser competitivas.

Lamentablemente, el ajuste siempre lo sufren los que menos tienen, desde los jubilados del Pami que cada día ven con resignación como la obra social le va achicando los subsidios a los medicamentos, hasta el retiro de las pensiones por discapacidad.

Volver a poner en marcha este país representará un enorme sacrificio de los ciudadanos, pero también si el pueblo tiene que soportar el sufrimiento del ajuste del gasto público, quiere ver el mismo gesto entre la clase política, que en los últimos meses no ha hecho otra cosas que aumentarse sus dietas. Quiere ver a los funcionarios con tarjeta magnética para transparentar sus gastos de “la caja chica” de cada ministerio, como también quiere ver a los jueces federales tener un mayor compromiso a la hora de juzgar aquellos responsables de haber saqueado las arcas del país.