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Diario El Argentinoviernes 26 de abril de 2024
Policiales

La mamá de Nahir le pidió perdón por no haberla cuidado y el padre no hizo aportes relevantes

La mamá de Nahir le pidió perdón  por no haberla cuidado y el padre  no hizo aportes relevantes

La novena audiencia de debate por el homicidio de Fernando Pastorizzo (20 años) que se realiza en los Tribunales finalizó ayer a las 12:20, luego de tres horas y veinte minutos de haberse iniciado.


Lo más sustancioso de la jornada estuvo vinculado con el informe que realizó la licenciada en Psicología y que actuó como consultora de la querella particular y la declaración de los padres de Nahir Galarza (19 años), quien está imputada de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por la relación de pareja no conviviente.

El Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú e Islas del Ibicuy está integrado por los doctores Mauricio Derudi, Arturo Exequiel Dumón y Alicia Vivian, y abrió el debate exactamente a las 9:05.

La primera en declarar –por acuerdo de las partes- fue la psicóloga Lucrecia Kablan, quien derribó el psicodiagnóstico que las licenciadas Alicia Paday y Graciela Tobar realizaron a pedido de la defensa, a Nahir Galarza y sostuvo que es muy riesgoso hacerlo con una sola entrevista, “más allá de la experiencia de cada profesional”.

Por el contrario, valoró el psicodiagnóstico realizado por el perito del Poder Judicial, Simón Pedro Ghiglione.

 

Testigos

 

La ronda de testigos a propuesta de la defensa se inició con Walter José Giménez, quien es entrenador en el gimnasio donde concurría Nahir Galarza y su madre, Yamina Kroh.

A una consulta de la defensa, confirmó que pudo observar una lesión en el cuerpo de Nahir, exactamente cuando hacía abdominales. Lo describió como un raspón de color rojo y con líneas o marcas similares a las heridas que provoca cuando alguien se cae de una bicicleta.

Giménez sostuvo que se acercó a Nahir para preguntarle el origen de esas heridas y que la joven no le dijo nada. “No sabía qué contestarme. Le hice tres preguntas”, recordó. Luego agregó que también le consultó a la madre y ella tampoco le supo indicar el origen de esa lesión.

El segundo testigo fue Osvaldo Núñez, quien tiene aproximadamente veinte años de antigüedad en la Policía; ocho en Gualeguaychú y doce en Gualeguay y estuvo en algún momento bajo las órdenes de Marcelo Galarza, padre de la imputada.

Su aporte fue el de confirmar que Marcelo Galarza utilizaba su pistola reglamentaria 9 milímetros con un proyectil en recámara y sin seguro.

Y el tercer testigo fue el profesor de hockey del Club Sudamérica, Mariano Adolfo Bohl; quien aportó que Nahir practicó esa disciplina sobre patines durante octubre y noviembre.

 

La madre

 

La jornada aguardaba el testimonio de los padres de Nahir Galarza. La primera en hacerlo fue su madre, Yamina Kroh; y pese al lazo familiar directo, pidió declarar ante el Tribunal.

Reconoció que a Fernando Pastorizzo lo conoce desde hace dos años. Y respecto al día del homicidio, el 29 de diciembre del año pasado, despertó a su hija para desayunar y ella le contó que la había llamado por teléfono la mamá de Fernando porque había tenido un accidente.

Recordó con angustia que Nahir “no podía hablar y estaba como ida”, recordó visiblemente angustiada. Luego referenció que llegó la Policía a su casa para notificarla que debía concurrir a Tribunales a pedido del fiscal.

Simultáneamente le avisó a su esposo, Marcelo Galarza, quien estaba en Gualeguay donde está destinado como policía. “Estuve esa mañana en Tribunales y no vi a mi hija hasta las dos de la tarde más o menos”.

Contó que luego la llevaron hasta la Jefatura Departamental para realizarle “las pruebas de las manos”, le tomaron los datos y la dejaron ir a su casa con Nahir y su marido que ya estaba con ellas.

Recordó que una vez que llegaron a su hogar, Nahir pidió hablar con un abogado, pero todavía ellos no sabían qué había pasado en concreto.

“Ella estuvo todo el día sin decir una palabra. A la noche vino el abogado (por Víctor Rebossio), quien la llevó a su estudio, después nos llamaron y nos dijeron que Nahir estaba detenida. La habían trasladado al hospital Centenario y me pidieron que le llevara algunas cosas”, relató.    

“Mi casa era un caos. Mi hijo discapacitado estaba a los gritos, él quería a su hermana. Estuvo un mes sin hablarme, porque me culpaba de lo que le había pasado a la hermana”, expresó entre lágrimas.

Lo otro que aportó es que se enteró por las declaraciones en el juicio que su vecina María Inés Correa como su suegra, habían manifestado que habían presenciado supuestas agresiones de Fernando hacia Nahir. “Correa nunca me manifestó nada”, fueron sus palabras. “Me enteré de todo esto ahora. Lo mismo con mi suegra (por Brígida María Galvez)”, agregó.

Con respecto al viaje a Brasil que realizaron con la víctima, la madre de Nahir explicó que en realidad iba a viajar una amiga de su hija; pero a último momento no se pudo coordinar. Y un día antes de emprender el viaje, su hija le dijo si podía ir Fernando; a quien conoció diez minutos antes de viajar.

Casi al final de su declaración, le contó al Tribunal que nunca habló con Nahir sobre lo ocurrido en la madrugada del 29 de diciembre del año pasado. “Trato de no hablar del tema. Para qué la voy a torturar”, se justificó.

Recordó que en los primeros días de diciembre y antes de que su hija rindiera una materia en la Universidad, Fernando la llamó 87 veces en diez minutos; y que lo supo porque esa vez su Nahir dejó el aparato cargándose en la cocina mientras se duchaba.

“¡Perdón hija por no haberte cuidado!”, repitió varias veces, en voz alta y con llanto.

La querella observó que tres o cuatro días previos al 29 de diciembre del año pasado, las comunicaciones entre madre e hija fueron muy escasas, una o dos veces por día. Pero, entre las 00:39 y las 1:32 del 29 de diciembre, se registraron 24 mensajes y 26 llamados. Pero la madre de Nahir los adjudicó a una situación normal de una madre cuando sale una hija.

 

El padre

 

Luego de un cuarto intermedio, el debate se reanudó a las 11:40 con el testimonio de Marcelo Galarza, el padre de la imputada.

Relató que se enteró que algo había pasado cuando su esposa lo había llamado a Gualeguay y que regresó de inmediato, lo más rápido que pudo. Fue a su casa, se cambió y fue hasta Fiscalía para encontrarse con su familia. Que ahí le dijeron que debía entregar su arma y así se hizo de manera voluntaria.

Contó que mientras dos policías estaban en la cocina de su casa con los testigos civiles de ese procedimiento, él se dirigió a su dormitorio a buscar su arma reglamentaria. Que estaba solo, que sacó el proyectil de la recámara, se lo puso en el bolsillo y luego sacó el cargador. Fue hasta la cocina y recién ahí entregó el arma.

Luego sostuvo que hasta dónde él sabía, su hija no tenía novio. Y sobre Fernando Pastorizzo, dijo que lo conoció diez minutos antes de salir de viaje con destino a Brasil y que no recuerda si lo vio en su casa antes de esa fecha e incluso luego de ese viaje.

Reconoció que había notado una lesión en su hija, en la pierna izquierda; y que su esposa le pidió que “no le diga nada”. Luego de un silencio, agregó: “Hoy debo decir que tengo culpas”.

 

Por Nahuel Maciel

EL ARGENTINO


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