Los Bomberos Voluntarios celebran 135 años de existencia en el país
Hoy los Bomberos Voluntarios celebran su día. La fecha tiene como referencia a la iniciativa de don Tomás Loberti, vecino del barrio porteño de La Boca; quien impulsó la formación del primer Cuartel, que se fundó el 2 de junio de 1884 y fue el primer Cuerpo de Bomberos Voluntarios del país.
Con motivo de este aniversario, EL ARGENTINO dialogó con César Ramón Gómez, que hace 45 años es Bombero Voluntario.
“Mis padres antes de ser propietarios, alquilaban una casa por la zona del hospital Centenario y ahí vi por primera vez un incendio en una vivienda. Habré tenido seis o siete años y ese día se me despertó la admiración por los Bomberos. Luego cuando tenía como nueve años e iba a la Escuela Rocamora, mi madre me buscaba a la salida y pasábamos por el Cuartel. Así, un día me acerqué y me atendió un cuartelero y me enteré que para ingresar como Cadete tenía que tener 16 años. Esperé otros seis o siete años y me incorporé a los Bomberos Voluntarios”, recuerda con el orgullo de saber que es parte de una hermandad que centra su accionar en el servicio a los demás.
Gómez ingresó como Bombero de la Policía Federal en 1985; y dos años más tarde pidió la baja en el Cuartel de Gualeguaychú, a raíz de las exigencias que tenía en Capital Federal.
Luego de veinte años, en 2005, se reincorpora nuevamente como Voluntario en la ciudad, donde llegó a ser el segundo jefe del Cuartel, que tiene una dotación aproximada de 50 personas.
En 2017 ingresó a una empresa que presta servicios en una automotriz japonesa radicada en Zárate y actualmente es el coordinador operativo. Esta situación laboral lo obligó a radicarse en Zárate y por esa razón tomó la decisión de dejar el rol de segundo jefe, pero sigue como Bombero Voluntario.
En esa fecunda experiencia, Gómez destacó que la capacitación es un concepto permanente, porque las técnicas de seguridad van cambiando y es necesario incorporar nuevos saberes.
“El agua puede provocar más daño que el fuego mismo. Por eso hay protocolos que se deben cumplir de manera estricta al momento de atacar un incendio”, indicó en diálogo con EL ARGENTINO.
Desde que ingresó por primera vez como Bombero hasta la actualidad, observa un mismo reclamo: la cobertura de obras sociales para aquellos que no la tienen y una jubilación para aquellos que cumplieron los 25 años de servicios como existe en la Provincia de Buenos Aires. “Se trata de dos gestiones que son permanentes y en algún momento habrá que encontrarle una solución”, explicó.
Como un cambio de paradigma, destacó que desde hace aproximadamente poco más de diez años se admite el ingreso de mujeres al Cuerpo Activo de Bomberos. “Y realmente fue una experiencia altamente positiva para consolidar los equipos de trabajo”.
Por otro lado, aportó un trabajo realizado por Jorge Arce, Emilio Baigorria, Julio Bon y Nicolás Bozzani, donde se destaca el ideal del Bombero Voluntario: abnegación, sacrificio y desinterés.
En ese trabajo se consigna que el primer cuerpo de Bomberos en la ciudad, del que se tenga referencia, fue creado en 1936 “por una iniciativa netamente privada en atención a la defensa de su patrimonio y perteneció a la empresa Frigorífico Gualeguaychú”.
En ese entonces, contaba con equipamiento apropiado y correcto entrenamiento, “y si bien su creación obedeció a la necesidad de protección propia, extendió su accionar en la medida en que le era requerido, más allá de los límites fabriles propios”.
En ese trabajo histórico se detalla que el bautismo de fuego lo hizo al atender un incendio en una empresa vecina: el viejo Saladero de Rossi, ubicado en Presidente Perón al Sur.
A fines de la década ´60 del siglo pasado, un gran incendio conmovió a Gualeguaychú: el fuego había consumido gran parte de la antigua Confitería Apolo, ubicada en Urquiza y Chile.
Años más tarde, otro incendio arrasó los escritorios de la firma Sauan y de la Zapatería Tonsa; ambos locales ubicados en la esquina de 25 de Mayo y Churruarín.
“Este siniestro fue un factor determinante para que el Centro de Defensa Comercial e Industrial convocara para crear el Cuerpo de Bomberos Voluntarios”, se registró en ese material histórico aportado por Gómez.
El 15 de noviembre de 1966 a las 22:45, en una reunión del Centro mercantil hizo uso de la palabra su presidente, advirtiendo sobre la orfandad en que se encontraba la ciudad en su conjunto por carecer de ese servicio esencial para vivir en comunidad.
Luego, el entonces secretario del Centro de Defensa Comercial, Enrique Castiglioni, dio lectura integral al proyecto de Estatutos para crear la Sociedad de Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú.
Como toda historia, hay acontecimientos que fueron derivando en otras realidades. Así, el 10 de julio de 1970 se firmó el boleto de compra de un inmueble ubicado en Maipú 176 y que hoy es la actual sede; y se escrituró el 14 de enero de 1971.
“Lo que más me gusta de ser bomberos es el compañerismo. Incluso como en todo equipo de trabajo podemos tener diferencias personales, pero cuando estamos ante una emergencia, esas diferencias no interfieren porque el objetivo es servir a la comunidad”, destacó Gómez.