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Diario El Argentinoviernes 26 de abril de 2024
Opinión

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Tropezar con la misma piedra

Tropezar con la misma piedra

El consumidor argentino ya está en un proceso de sustitución de carnes y ahora se quiere vía imposición que consuma más carne vacuna.


Se dice que la única especie capaz de tropezar dos veces con la misma piedra es la humana. No es por torpe e indiferente, es por falta de capacidad –a veces– de aceptar la experiencia.

 

El Gobierno nacional suspendió las exportaciones de carne vacuna por un mes. Antes había ensayado la venta de determinados cortes a precios convenidos (resultaron mucha grasa y hueso) y apertura de un registro discrecional para las ventas al exterior. Según la medida lo que se pretende es desacoplar el precio internacional de la carne con el que se vende en el mercado local.

El consumo de carne vacuna en la Argentina está por debajo de los 45 kilos, el nivel más bajo de los últimos 100 años. La carne aviar en un valor igual o algo superior, la de cerdo en alrededor de los 15 kilos y el resto no llega a los 5 kilos por habitante año.

En suma, el consumo de proteínas de origen animal sigue siendo uno de los principales del mundo con unos 110 kilos anual. La realidad es que el kilo de carne de pollo está a un 50% del valor de la carne vacuna y la de cerdo entre un 20 y 30 por ciento por debajo. El consumidor argentino ya está en un proceso de sustitución de carnes y ahora se quiere vía imposición que consuma más carne vacuna a un precio mayor. Seguramente el deterioro del salario y los ingresos de la población no convalidará esta jugada.

De la faena total de vacunos, el 70 por ciento se destina al consumo interno y sólo el 30% son envíos al exterior con la particularidad de que son cortes o animales que no tienen demanda en el país. De esa forma, seguramente la baja de precios sólo será temporal en el corto plazo pero con influencia grave en la actividad. No sólo la ganadería (la medida será por un mes) sino para todo el sector agropecuario. Puede ser una nueva 125. Ahora con la carne. Revanchismo o incompetencia.

Agradecidos los países competidores de la región (Brasil, Uruguay, Paraguay). Dejar de exportar es perder mercados, como se hizo en el pasado. Baja del stock ganadero, pérdida de competitividad, avance de una agricultura con monocultivo, pérdida de fertilidad de suelos, cierre de frigoríficos, pérdida de empleos… y señales negativas para el futuro de los productores y de la Argentina como proveedor confiable.  El sector reaccionó con un cese de comercialización por 9 días.

Usar la carne para ocultar otros problemas no podrá dejar de lado los verdaderos síntomas que aquejan a la sociedad. La inflación sistémica, el gasto público por encima de los ingresos, la falta de un programa económico, pocas inversiones nuevas, el avance en la reforma institucional, la pandemia por Covid-19, pocas vacunas y un programa inexistente de aplicación  transparente, las relaciones exteriores fluctuantes, escuelas cerradas y educación limitada a la virtualidad…

El CADIA se adhiere a los reclamos y opiniones de entidades y organizaciones del agro, en la necesidad de encontrar un diálogo constructivo para encontrar soluciones. En el pasado medidas como las que se insiste siempre dieron resultados negativos. Los gobiernos de Córdoba y Santa Fe también mostraron su preocupación por la medida instrumentada y la incógnita de su implementación.

¡Peor que tropezar con la misma piedra es tener una piedra en el zapato que te impide caminar!

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(*) Este artículo fue elaborado por los profesionales nucleados en el Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos.

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