Ramón y Tobías Braun, la historia de padre e hijo que se coronaron campeones provinciales

Por Pablo Díaz.

 

La historia de Sandro Ramón y Tobías “Taco” Braun podría titularse con dichos o frases sencillas, tales como “De tal palo, tal astilla”, “Hijo e’ tigre” o “Lo que se hereda, no se roba”, porque que ambos comparten la misma pasión que es el fútbol y tienen un denominador común que el “gol”.

Ramón fue un delantero y goleador  de raza del fútbol departamental, que debutó en Primera División a mediados de la década del noventa y se retiró hace siete años. En su carrera vistió las camisetas de Unión del Suburbio (logró el ascenso a la Primera A en 1995 e integró la lista de buena fe del Auriverde campeón del Regionalito en 1996) y Pueblo Nuevo, en el cual fue campeón del Torneo Apertura 2004 y 2007 y el Torneo de Primera B 2012.

Por su parte, Tobías es un delantero con mucho futuro, quien con apenas 15 años ya debutó en la Primera División de Central Entrerriano (fue en la victoria 1-0 ante Sud América por el Torneo Oficial 21/22) y terminó como goleador de la categoría Sub 15, bicampeona en 2021, sin perder un solo partido, con 22 goles en un año calendario.

Los Braun son: pasado, presente y futuro, y el domingo pasado, uno como entrenador y el otro como jugador, fueron campeones provinciales con Central Entrerriano, en un plantel conformado por juveniles de mucho talento y de un cuerpo técnico capaz y muy laburador.

¿Cuáles fueron los sentimientos tras la obtención del título?

RB: Los sentimientos son lindos y las sensaciones mejores todavía, dirigiendo a mi hijo. Creo que fue un campeonato de menor a mayor, siempre jugando en todos lados de la misma manera. Nosotros propusimos nuestro juego, hicimos las cosas que teníamos que hacer, entrenamos en la semana buscando todo lo que teníamos que hacer el fin de semana dentro de la cancha.

¿Cuál fue la clave del éxito?

TB: La clave del éxito fue la personalidad del equipo y las ganas, porque a todas las canchas que fuimos, lo hicimos siempre con la misma idea. Salíamos a proponer en cualquier lado, por eso llegamos donde llegamos.

¿Qué significó para la familia?

TB: Fue algo inolvidable para la familia salir campeón tanto en el Provincial como en el fútbol local, dirigiéndome mi viejo fue algo hermoso que me pudo pasar.

RB: Es una alegría enorme para mis hijos, mi señora, que es la que siempre está y es el puntapié que acompaña para cualquier lado. Ni hablar del orgullo de dirigir un hijo, que me haga caso, que se integre al grupo, de que sea uno más.

¿Cómo es la relación con Tobías con respecto al resto del grupo?

RB: La misma que la de todos, no hay diferencias de Tobías con el resto de los chicos. Si le preguntas a cualquier pibe de la categoría te va a saber decir cómo son las cosas. Yo no hago diferencias con él, sino al contrario, no le exijo el doble, ni nada, porque ya me había pasado con mi otro hijo.

La experiencia que me pasó con el otro chico, la volqué en él y fue distinto. Fue uno más, se sumó tranquilamente a entrenar, a trabajar, hasta tuvo su premio que fue debutar en Primera a los 15 años. Que mejor logro como papá, como entrenador, que tu hijo a quien vos entrenas, haces partícipe, le enseñas cómo se tiene que mover en el área progrese de esa manera.

¿Es cierto que “Taco” era defensor y vos lo pusiste como delantero?

RB: Si, el año pasado cuando empezamos la práctica e hicimos partidos amistosos, él jugaba de “2” y yo le dije que este año iba a jugar de doble “9” como se juega hoy en día. Me dio réditos en los primeros partidos, hizo dos o tres goles seguidos, le gustó a él, me gusto a mí, entonces le puse todas las fichas a Tobías y al otro compañero que tenía de delantero  (Lautaro Wetzel). Les dije que estábamos para grandes cosas, que ellos dos iban a hacer los atacantes de nuestro equipo y que se propusieran crecer como jugadores y después como delanteros.

Porque es difícil la posición, vos tenés que entrenar para hacer delantero, no es que te largan a la cancha y te dicen patea una pelota y hace goles. Tenés que entrenar, saber posicionarte dentro de la cancha, saber cómo pegarle a la pelota, tirar un buen tiro libre, saber cuándo cabecear, saber buscar los espacios y cuando te meten una pelota filtrada, entre otras cosas. La verdad que le fue muy bien, ya que meter 22 goles en un año calendario es muchísimo.

Te salió bien la apuesta

Sí, porque el “2” puede jugar de “9”  y el que ha jugado de “9” puede jugar de “2”, ya que  se saben mover dentro del área. Saben tanto como atacar y como defender. El “9” sabe cómo atacar y atacar los espacios, mientras que el “2” siempre está atrás de la zaga central  y es el último hombre que está tapando los espacios de los dos laterales, que se van por afuera, o del “6” cuando pierde la pelota. En esos casos se trabaja siempre la técnica, porque es la forma que tenés de darle al jugador esa herramienta para que se sepa mover en el área.

¿Te adaptaste rápido al cambio que propuso tu viejo?

TB: Me sentí cómodo con ese cambio, porque cuando era chico ya había jugado en ese puesto y tenía referencias. Además, qué mejor de tenerlo a mi viejo como ejemplo, que me enseñé a moverme dentro del área, como aguantar la pelota de espalda y como buscar los espacios. Los ejemplos de él, me sirvieron para volcarlos en la cancha.

 

Lo viste jugar a tu viejo ¿Qué cosas copias de él como delantero?

TB: De mi papá me gustaba como cabeceaba y como se movía dentro del área. Siempre puedo rescatar cosas de él.

 

¿Qué cosas tiene “Taco” que se asemejaban a tu juego?

RB: Lo que tiene él es que sabe un poco más con la pelota, yo era menos técnicamente. Era medio tosco con el balón. Pero me la rebuscaba posicionándome, con aguantar la pelota de espaldas, tocar, buscar ir al espacio e ir por la segunda jugada. Por su parte, él tiene esa rapidez de tocar y soltar la pelota en un segundo, que  le permiten resolver mejor técnicamente, que es lo que me faltaba a mí. Tobías tiene más explosividad de la que yo tenía, porque yo era lento y él -aparte de ser joven- era mucho más rápido. Con el tiempo él va ir desarrollando la técnica y puede sacar beneficios y la rapidez a la hora de definir.

Siempre le digo que tiene un segundo más en el área, que no se apure para resolver. A veces uno era medio ansioso y quería resolver todo rápido y se equivocaba. La virtud mía siempre fue el cabezazo.

 

Hace muy poquito debutaste en Primera ¿Cuáles fueron las sensaciones?

TB: Debutar en Primera a los 15 años fue un logro para mí y una motivación de siempre ir por más, ya que te tengan en cuenta a esa edad te moviliza.

¿Qué te dijo Manuel Carlés (entrenador) al ingresar?

TB: El Cholo me dijo que me divierta y que haga lo que se hacer y más me gusta, que es jugar al fútbol.

 

Los dos están identificados con Pueblo Nuevo ¿Cómo llegaron a Central?

RB: Lo de él se da porque llegó a préstamo. Un día lo vieron en Central jugando de marcador central (en Pueblo Nuevo) y lo tuvieron en cuenta. Después vinieron los préstamos durante estos años y ya hace tres temporadas que está acá. A mí, por su parte, me llamaron porque me había quedado  sin club, sin nada para trabajar. Saben de lo que me gusta a mí el fútbol infantil y tuve la posibilidad y la aproveche. Mira el año que nos salió, redondito.

 

EN FOCO

Central Entrerriano se coronó campeón del Torneo Provincial Sub 15 invicto, con nueve victorias y un empate. En primera ronda eliminaron a El Brillante de San José, con victorias 3-1 en la ida y 2-1 en la vuelta. En segunda instancia vencieron a María Auxiliadora de Concepción del Uruguay como local y visitante, en ambos partidos 2-0. En cuartos de final derrotaron a Social Achirense con un global de 7-0 (3-0 en la ida 4-0). En semifinales vencieron a Estudiantes de Concordia 1-0 como visitante en el primer encuentro y luego empataron 2-2 en el Julio Colazo. Mientras que en la final se impusieron a Barrio Sud en Villaguay 2-0 y el domingo pasado en el Parque Unzué por 1-0, para cerrar una campaña espectacular y con toda la gloria.