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Diario El Argentinoviernes 26 de abril de 2024
Opinión

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La memoria compartida se cuenta con el corazón: historias de héroes contadas en primera persona

La memoria compartida se cuenta  con el corazón: historias de héroes  contadas en primera persona

Por Amalia Doello Verme (*)


Se han acallado las voces que resonaron por estos días en relación a Malvinas. Entonces en esa paz se nos ha ocurrido contar algunas historias escuchadas de los propios protagonistas o de sus familiares.

 

Dimota y el helicóptero

 

En el fragor de la batalla se produce el hundimiento de un pesquero de bandera argentina, el Narwal. Sus tripulantes pedían auxilio a través de la radio que tenían para la comunicación.

El jefe de la aviación reúne su tropa y solicita voluntarios para iniciar la acción de rescate de los sobrevivientes. De inmediato se alistan como aviadores Fiorito, Buschiazo y el Sargento Dimotta.

Aun sabiendo que el helicóptero que pilotearían estaba en condiciones precarias asumieron la responsabilidad del código de honor por la vida humana.

En el trayecto que tenían que realizar, el helicóptero fue derribado y por supuesto los tres tripulantes fallecieron instantáneamente.

El sargento primero Dimotta (posmorten) era de origen correntino, pero había pasado toda su infancia y juventud en Gualeguaychú.

 

La historia de Diamantina

 

Diamantina era la mamá del sargento primero (postmorten) Raúl Horacio Dimotta, ella acostumbraba a asistir al rezo del santo rosario con un grupo de madres que se reunían en la capilla Cristo Rey, para rezar por los hijos que estaban en Malvinas.

Un día Diamantina se entera por una radio uruguaya que habían derribado un helicóptero donde iban tres voluntarios, entre ellos, su hijo.

A pesar de la noticia Diamantina seguía yendo día a día a rezar por aquellos que aún estaban vivos. La entereza, la mansedumbre de esta mamá mereció ser llamada “Madre de la Patria”.

 

Soldado Mosto “El Ángel del pozo”

 

El soldado Carlitos Mosto, se alisto como voluntario para ir a Malvinas, lamentablemente quedo donde la patria le pidió su entrega total. Aquí quedaron sus familiares, su mama Doña Blanca Mosto y sus hermanos.

Una vez finalizado el conflicto bélico, muchos compañeros que estuvieron con él hasta el último momento vinieron a Gualeguaychú a contarle a su familia la obra de Carlitos.

Según cuentan, con sus conocimientos en medicina que había adquirido mientras cursaba el tercer año, ayudaba a todo aquel que necesitaba de su apoyo. Era imparable, los asistía dándoles alguna bebida caliente pero lo más impresionante era su fe, todos los días leía el evangelio desde una Biblia que era con lo único que había partido. Así lograba que los involucrados que vivían en un pozo a modo de trinchera se sintieran reconfortados en Cristo.

Por estas condiciones y actitudes de la buena y mejor gente es que sus compañeros lo llamaron “el ángel del pozo”.

Hoy a 40 años de la recuperación de Malvinas sentimos un gran orgullo por estos dos héroes de nuestra ciudad que son ejemplo de patriotismo.

 

(*) Amalia Doello Verme decidió en esta pandemia traer e la memoria “muchas de las historias vividas, y me pareció que sería bueno compartirlas con los vecinos que fueron protagonistas de estos relatos”, sostiene la autora y agrega: “Mi intención es sacarles una sonrisa y hacerlos viajar en el tiempo para revivir de alguna manera momentos dramáticos y otros humorísticos”.

 

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