# Primero fue el verbo y después... los telefonitos
En nuestra edición del 22 de febrero, la titular de la Dirección Departamental de Educación se mostró coincidente con el ministro Filmus respecto de una vuelta a clases sin celulares.
Ambos consideraron que el uso del celular en el aula es un elemento perturbador que rompe con los tiempos que debe tener el aprendizaje.
Ahora bien: está claro que no cabe discutir acerca de las posibilidades que esta herramienta comunicacional ofrece, pero hoy en particular, además de recordar los dichos por las autoridades educativas, vale señalar otro aspecto: la vulnerabilidad a la que se exponen chicos, jóvenes y adultos cuando al caminar por la calle, se ensimisman con el teléfono que tienen en las manos.
¿Por qué decimos vulnerabilidad?
Porque al estar pendientes de lo que reciben o envían (también, claro, de la charla que puedan estar manteniendo) difícilmente puedan estar alertas a desniveles de la vereda, automóviles que se acercan y por qué no, cualquier intento de robo que en su contra realice una persona.
Poco podrá agregarse respecto de quienes reciben mensajes o llamadas y los contestan mientras conducen un vehículo, poniéndose en riesgo y haciendo lo mismo con los demás.
Aunque parezca una cuestión menor, también afecta la convivencia el envicia miento con los ?mensajitos?, porque todos sabemos cómo puede diluirse una conversación apenas suena un ring de éstos.
La conclusión es tan simple que Perogrullo podría haberlo advertido: en un tiempo en que vivimos atiborrados de herramientas para comunicarnos, cada vez estamos más inmersos en un mundo virtual y entonces las posibilidades se vuelven excelentes para quienes están lejos, pero juegan en contra de quienes tenemos al lado y también, aunque resulte obvio, de la privacidad que todos queremos tener.
# Números que no ayudan
Un análisis que evalúa las posibilidades de acceso a loa bienes de servicios, información y medios para generar nuevos negocios en 75 países, ubicó a la Argentina en el puesto 43 de su ranking.
La ubicación no tan favorable para el país fue determinada por la consultora SRI Internacional, cuya medición evaluó las condiciones políticas, jurídicas y económicas de las naciones, y les otorgó puntajes de acuerdo a sus posibilidades de generar nuevos negocios, promocionar emprendimientos y participar en el proceso de globalización.
Con un puntaje de 91.1, Hong Kong se ubicó al tope del ranking, en tanto que la Argentina obtuvo 41 y la ubicó debajo de Chile ?el mejor de los países latinoamericanos? con 57.4 puntos, y Uruguay con 41.4.
Los motivos por los cuales Chile encabezó el listado de países de América latina se debieron a los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados en 2002 y 2004 con la Unión Europea y Estados Unidos, respectivamente.
Entre los demás países de la región, México, Brasil y Ecuador se posicionaron debajo de la Argentina en los puestos 45, 47 y 71, respectivamente.
Como acontece con la mayoría de los números adversos, la información fue minimizada por el Gobierno, aunque no pudo ser desmentida y mucho menos desvirtuada por quienes llevan el timón de la economía.
Este contenido no está abierto a comentarios