El juego te lleva a la locura, a la reja o a la muerte
La comisión de Salud Pública del Senado dio dictamen al proyecto de ley que establece con carácter de política de salud pública en todo el territorio de la provincia la prevención y tratamiento de la Ludopatía. La iniciativa, fue presentada a mediados de mayo por el legislador provincial Natalio Gerdau, quien había argumentado que el “Estado, ante esta pandemia social, debería comenzar a pensar cuál es su lugar y función en relación a esta adicción para responsabilizarse respecto de lo que le toca.
La facilidad y la gran oferta de apuestas que hay para jugar en la ciudad, provoca que esta enfermedad del juego compulsivo esté haciendo estragos en las familias gualeguaychuenses por el endeudamiento excesivo y empobrecimiento.
El casino de nuestra ciudad debe ser uno de los pocos lugares donde todas las clases sociales conviven al mismo tiempo, porque el juego no respeta ni edad, ni sexo ni condición social. La oferta de apuesta en los tragamonedas es variada, arranca desde líneas de apuesta de 0,50 centavos hasta 100 pesos, pero lo que cambió fue la velocidad del juego. Hace dos años una persona con 100 pesos tenía que ir la ventanilla, comprar los cospeles y tal vez estaba una hora jugando, pero ahora la máquina acepta el billete y es en esa velocidad donde conlleva a la gente a incrementar su endeudamiento, porque cien pesos pueden desaparecer en minutos.
“El juego te lleva a la locura, a la reja o a la muerte” enseñan los grupos que trabajan con familiares de ludópatas como Jugadores Anónimos (JA) y Jugaron. Estos grupos funciona todos los lunes a las 20:30 en la Parroquia Nuestra Señora de Lujan en 3 de Caballería y Av. Rocamora intentan ayudar a los ludópatas, al detectarse la ausencia del Estado en el tratamiento de estas patologías que el mimo gobierno provincial contribuye a generar al facilitarles a las empresas privadas la instalación del casinos en todas las ciudades de la provincia.
La facilidad y la gran oferta de apuestas que hay para jugar en la ciudad, provoca que esta enfermedad del juego compulsivo esté haciendo estragos en las familias gualeguaychuenses por el endeudamiento excesivo y empobrecimiento.
El casino de nuestra ciudad debe ser uno de los pocos lugares donde todas las clases sociales conviven al mismo tiempo, porque el juego no respeta ni edad, ni sexo ni condición social. La oferta de apuesta en los tragamonedas es variada, arranca desde líneas de apuesta de 0,50 centavos hasta 100 pesos, pero lo que cambió fue la velocidad del juego. Hace dos años una persona con 100 pesos tenía que ir la ventanilla, comprar los cospeles y tal vez estaba una hora jugando, pero ahora la máquina acepta el billete y es en esa velocidad donde conlleva a la gente a incrementar su endeudamiento, porque cien pesos pueden desaparecer en minutos.
“El juego te lleva a la locura, a la reja o a la muerte” enseñan los grupos que trabajan con familiares de ludópatas como Jugadores Anónimos (JA) y Jugaron. Estos grupos funciona todos los lunes a las 20:30 en la Parroquia Nuestra Señora de Lujan en 3 de Caballería y Av. Rocamora intentan ayudar a los ludópatas, al detectarse la ausencia del Estado en el tratamiento de estas patologías que el mimo gobierno provincial contribuye a generar al facilitarles a las empresas privadas la instalación del casinos en todas las ciudades de la provincia.
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