Hay que encarar la inseguridad
Hace mucho tiempo dejó de ser una sensación la inseguridad. Esto bien lo saben quienes han padecido un robo, un asalto, o como en el caso que es tema de conversación estos días, una paliza. Son varios los casos denunciados por vecinos que han sufrido que su casa sea violentada aprovechando la ausencia de sus habitantes, muchos los que han dado cuenta de arrebatos en la calle y desde hace un tiempo, los que han sido víctimas del ingreso de delincuentes a sus casas y han padecido amenazas y golpes cuando no ha habido dinero o el que se encontró no resultó suficiente para los agresores. Y cada vez que algo de esto sucede, se escucha el reclamo hacia la Justicia y se cuestiona la falta de decisiones que, se presume, podrían poner freno a tanto avance delictivo. Lo peor viene cuando alguna víctima de una de estas situaciones afirma que la próxima vez, la justicia será hecha por mano propia. Entonces el alerta crece, porque semejante afirmación conlleva no sólo el convencimiento de quien la expresa sino que además, postula como correcto un proceder que no lo es, invitando al mismo tiempo a su imitación. En Gualeguaychú hay barrios donde los vecinos optan por llamar a los medios de comunicación en un intento de ser escuchados y los cuadros que describen son suficientes para comenzar un trabajo en serio. O deberían serlo. Eso es lo que está pidiendo la comunidad, la que con sus aportes sostiene las estructuras de gobierno, justicia, legislación y de las fuerzas de seguridad. Comunidad que hace tiempo sabe que lo que se vive a diario no es una sensación.
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