Impuesto Inmobiliario Rural
Todos los años para esta misma fecha, las entidades rurales comienzan a realizar gestiones con el fin que el gobierno provincial sea benévolo con el porcentaje de incremento que aplicará en el impuesto inmobiliario rural.
Teóricamente parte de lo que recauda la provincia con este impuesto, es utilizado para el arreglo de las rutas y poder financiar a la Dirección de Vialidad provincial, pero ese dinero no parece llegar a los lugares donde realmente se necesita revitalizar los caminos de la producción.
Un claro ejemplo de ello es la instalación del nuevo puente en el Arroyo Sauce Grande en Costa Uruguay Sur, que es un reclamo que los pobladores de la zona están haciendo desde hace años; sin embargo aún sigue estando el viejo puente de madera de los años 30.
En muchos lugares de la provincia y el departamento, la producción tiene serias dificultades para poder salir de los campos, y esto es lo que enfurece a los productores, cada vez que le llega la factura del impuesto inmobiliario rural con incrementos que se vuelven imposibles de pagar para los pequeños productores.
En un Estado equitativo los que más tienen, más impuestos deberán pagar, pero ese tributo debe ir a obras de infraestructura, no a financiar el incremento del gasto público por la incorporación descontrolada de agentes en el Estado provincial en los últimos ocho años, o para financiar campañas políticas o que ese dinero se diluyera en negocios espurios que terminó generando una nueva oligarquía estatal en la provincia, al enriquecerse con el recurso de todos los entrerrianos.
Teóricamente parte de lo que recauda la provincia con este impuesto, es utilizado para el arreglo de las rutas y poder financiar a la Dirección de Vialidad provincial, pero ese dinero no parece llegar a los lugares donde realmente se necesita revitalizar los caminos de la producción.
Un claro ejemplo de ello es la instalación del nuevo puente en el Arroyo Sauce Grande en Costa Uruguay Sur, que es un reclamo que los pobladores de la zona están haciendo desde hace años; sin embargo aún sigue estando el viejo puente de madera de los años 30.
En muchos lugares de la provincia y el departamento, la producción tiene serias dificultades para poder salir de los campos, y esto es lo que enfurece a los productores, cada vez que le llega la factura del impuesto inmobiliario rural con incrementos que se vuelven imposibles de pagar para los pequeños productores.
En un Estado equitativo los que más tienen, más impuestos deberán pagar, pero ese tributo debe ir a obras de infraestructura, no a financiar el incremento del gasto público por la incorporación descontrolada de agentes en el Estado provincial en los últimos ocho años, o para financiar campañas políticas o que ese dinero se diluyera en negocios espurios que terminó generando una nueva oligarquía estatal en la provincia, al enriquecerse con el recurso de todos los entrerrianos.
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