La accesibilidad, también para espacios públicos
Varios prestadores turísticos de la ciudad participaron esta semana de un taller vivencial sobre directrices de accesibilidad a cargo de capacitadores del Ministerio de Turismo de la provincia de Entre Ríos.
Y si bien certificar que un establecimiento cumple con las pautas de accesibilidad es por el momento una decisión voluntaria, es grato saber que con la consolidación de este criterio, son ya unos cuantos lugares que ofrece Gualeguaychú a quienes tienen alguna discapacidad crónica o temporal.
Comos se ve, los desafíos siguen presentándose a quienes invierten en la actividad turística.
Lo que debería ser también una premisa para otros sectores, que deberían adaptar sus espacios para reducir las barreras arquitectónicas o comunicativas y de esta forma, integrar a las personas con discapacidad o movilidad reducida.
Volviendo a los responsables de los lugares que en adelante podrán exhibir la oblea otorgada por el ministerio de Turismo de la provincia, debe destacarse que se han encolumnado tras lo que podría considerarse un nuevo paradigma no sólo para la actividad turística, porque una ciudad inclusiva es la que permite a sus ciudadanos valerse por sí mismos.
Por eso no debe perderse de vista la necesidad de contar con intérpretes de la lengua de señas en reparticiones públicas, un anhelo que por el momento sigue vigente y deberá concretarse para cristalizarse en la respuesta del Estado a la ciudadanía. Porque cuando se habla de accesibilidad se alude a un criterio integral, que incluye lo que en forma habitual parece darle sentido a este concepto.
Y si bien certificar que un establecimiento cumple con las pautas de accesibilidad es por el momento una decisión voluntaria, es grato saber que con la consolidación de este criterio, son ya unos cuantos lugares que ofrece Gualeguaychú a quienes tienen alguna discapacidad crónica o temporal.
Comos se ve, los desafíos siguen presentándose a quienes invierten en la actividad turística.
Lo que debería ser también una premisa para otros sectores, que deberían adaptar sus espacios para reducir las barreras arquitectónicas o comunicativas y de esta forma, integrar a las personas con discapacidad o movilidad reducida.
Volviendo a los responsables de los lugares que en adelante podrán exhibir la oblea otorgada por el ministerio de Turismo de la provincia, debe destacarse que se han encolumnado tras lo que podría considerarse un nuevo paradigma no sólo para la actividad turística, porque una ciudad inclusiva es la que permite a sus ciudadanos valerse por sí mismos.
Por eso no debe perderse de vista la necesidad de contar con intérpretes de la lengua de señas en reparticiones públicas, un anhelo que por el momento sigue vigente y deberá concretarse para cristalizarse en la respuesta del Estado a la ciudadanía. Porque cuando se habla de accesibilidad se alude a un criterio integral, que incluye lo que en forma habitual parece darle sentido a este concepto.
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