Las Fuerzas Armadas argentinas en decadencia
Al finalizar la guerra de Malvinas, uno de los objetivos del Imperio Británico, fue implementar en la Argentina, la política de desmalvinización, que entre otras cosas, incluía evitar que las generaciones futuras de las Fuerzas Armadas, adquieran el conocimiento que obtuvo el personal que actuó en Malvinas.
Durante la década de los 90, logrando gracias al neoliberalismo menemista, desactivar los planes militares de gran desarrollo, como la fabricación de aviones militares, el misil Cóndor, la fábrica de Tanques Argentinos Medianos y el diseño de nuevos aviones de entrenamiento como el Pampa.
Como resultado de todo este plan, nuestro país se encuentra hoy incapaz de defender sus recursos naturales, y va a contramano del concepto de defensa que impulsan los gobiernos de Chile, Venezuela y Brasil.
Para ellos modernizar las fuerzas armadas de sus países, no tiene como fin iniciar una carrera armamentística en América Latina, sino defender sus recursos naturales, como las bases militares que el Estado de Brasil están instalando en el Amazonas, para defender la biodiversidad y las nuevas cuencas petrolíferas halladas. En cambio en nuestro país, los padres de los pilotos de la Fuerza Aérea Argentina viven con temor de que los aviones de sus hijos se caigan por falta de mantenimiento, el Ejército perdió varios de sus mejores hombres, debido a que renuncias por “falta de incentivo profesional”, y se van de las filas a probar suerte en la actividad privada. Las Fuerzas Armadas son clave para la defensa del territorio y actuar en catástrofes naturales en la asistencia a las poblaciones civiles, pero para ello requieren del equipamiento, y la capacidad adecuada.
Durante la década de los 90, logrando gracias al neoliberalismo menemista, desactivar los planes militares de gran desarrollo, como la fabricación de aviones militares, el misil Cóndor, la fábrica de Tanques Argentinos Medianos y el diseño de nuevos aviones de entrenamiento como el Pampa.
Como resultado de todo este plan, nuestro país se encuentra hoy incapaz de defender sus recursos naturales, y va a contramano del concepto de defensa que impulsan los gobiernos de Chile, Venezuela y Brasil.
Para ellos modernizar las fuerzas armadas de sus países, no tiene como fin iniciar una carrera armamentística en América Latina, sino defender sus recursos naturales, como las bases militares que el Estado de Brasil están instalando en el Amazonas, para defender la biodiversidad y las nuevas cuencas petrolíferas halladas. En cambio en nuestro país, los padres de los pilotos de la Fuerza Aérea Argentina viven con temor de que los aviones de sus hijos se caigan por falta de mantenimiento, el Ejército perdió varios de sus mejores hombres, debido a que renuncias por “falta de incentivo profesional”, y se van de las filas a probar suerte en la actividad privada. Las Fuerzas Armadas son clave para la defensa del territorio y actuar en catástrofes naturales en la asistencia a las poblaciones civiles, pero para ello requieren del equipamiento, y la capacidad adecuada.
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