Por un debate serio
En estos días se ha dado una especie de conflicto en el seno del Concejo Deliberante entre los bloques oficialista y de la minoría por el tema de ordenanza que regulará la instalación de nuevas salas de juego en la ciudad.
Si bien cada concejal puede tener una opinión fundada sobre el tema, da la sensación que no se deben entrometer en el tema las cuestiones o diferencias políticas o más bien partidarias, porque el tema es demasiado serio como para contaminarlo con una discusión que no esté a la altura de las circunstancias.
El crecimiento del juego de azar en la ciudad ha generado algunas discordias, especialmente el proyecto de instalas una sala exclusiva de máquinas tragamonedas en pleno centro, que fue objeto de rechazo por parte de diferentes sectores de la comunidad, considerando que con las salas ya existentes es suficiente y no es necesario que las salas de juego se extiendan por diferentes puntos de la ciudad.
Sin embargo, pese a que en un primer momento hubo coincidencia de parte del Ejecutivo y los concejales en no permitir la instalación de esta sala en el lugar en donde se pretendía hacerlo, algunas voces se han empezado a escuchar sobre el tema y no precisamente en concordancia con lo que se habló inicialmente.
Por eso es bueno señalar que el debate sobre el tema tiene que darse con la seriedad que el tema merece y dentro de los ámbitos adecuados, como lo es precisamente el Concejo Deliberante.
Si bien cada concejal puede tener una opinión fundada sobre el tema, da la sensación que no se deben entrometer en el tema las cuestiones o diferencias políticas o más bien partidarias, porque el tema es demasiado serio como para contaminarlo con una discusión que no esté a la altura de las circunstancias.
El crecimiento del juego de azar en la ciudad ha generado algunas discordias, especialmente el proyecto de instalas una sala exclusiva de máquinas tragamonedas en pleno centro, que fue objeto de rechazo por parte de diferentes sectores de la comunidad, considerando que con las salas ya existentes es suficiente y no es necesario que las salas de juego se extiendan por diferentes puntos de la ciudad.
Sin embargo, pese a que en un primer momento hubo coincidencia de parte del Ejecutivo y los concejales en no permitir la instalación de esta sala en el lugar en donde se pretendía hacerlo, algunas voces se han empezado a escuchar sobre el tema y no precisamente en concordancia con lo que se habló inicialmente.
Por eso es bueno señalar que el debate sobre el tema tiene que darse con la seriedad que el tema merece y dentro de los ámbitos adecuados, como lo es precisamente el Concejo Deliberante.
Este contenido no está abierto a comentarios