Sinrazones que no se pueden entender
Resulta imposible de entender la decisión del gobierno nacional de querellar a los ambientalistas, si se tiene en cuenta el poco tiempo que transcurrió de aquel viernes 5 de mayo de 2006, cuando ante una multitud reunida en el corsódromo, el ex Presidente Néstor Kirchner cuestionó al otro ex presidente (y antes aliado) Tabaré Vázquez y convirtió el conflicto con Uruguay por la instalación de las pasteras de celulosa en Fray Be
Para la forma en que se mide el tiempo en la historia de un país, fue ayer nomás cuando ante 40 mil personas el ex presidente afirmó, con un chaleco naranja con la inscripción “Sí a la vida. No a las papeleras” colocado sobre su traje cruzado “Toda la Argentina asume el tema como propio”.
La memoria recuerda que junto a Kirchner estuvieron la senadora Cristina Fernández de Kirchner, el vicepresidente Daniel Scioli, el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, el intendente de Gualeguaychú, Daniel Irigoyen, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro del Interior, Aníbal Fernández y el Canciller, Jorge Taiana.
Sí. Leyó bien: Cristina Fernández de Kirchner y Aníbal Fernández también fueron parte de la promulgación de la causa nacional.
Vale recordar que entonces el ex presidente defendió -ante una veintena de gobernadores, varios vicegobernadores, las autoridades de la Cámara de Diputados y del Senado, entre otros- la presentación realizada en La Haya afirmando que “Argentina se vio “obligada” a recurrir a esa instancia por la “violación del Estatuto del Río Uruguay (de 1975), que es ley para las partes”.
A cuatro años de aquel viernes 5 de mayo, y pese a las proclamas cargadas de retórica, el miércoles se intentó borrar de un plumazo lo escrito antes.
Otra vez se recurrió al léxico inasequible para la mayoría para explicar lo inexplicable.
De poco sirvieron las manifestaciones del Gobernador queriendo transmitir tranquilidad a nuestra comunidad porque ésta desapareció en un instante.
¿Y ahora qué? es la pregunta que todos nos hacemos.
Y las hipótesis que se tejen son muchas pero todas guardan un denominador común: la decepción.
Y si como sabemos, construir la confianza lleva tiempo y destruirla un segundo, habrá que ver quién gana y quién pierde.
Hasta que lo sepamos, se impone la prudencia: dentro de la comunidad y con los vecinos.
Para evitar el paso corto de dejar de ser víctimas y convertirnos en lo que no somos.
La memoria recuerda que junto a Kirchner estuvieron la senadora Cristina Fernández de Kirchner, el vicepresidente Daniel Scioli, el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, el intendente de Gualeguaychú, Daniel Irigoyen, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro del Interior, Aníbal Fernández y el Canciller, Jorge Taiana.
Sí. Leyó bien: Cristina Fernández de Kirchner y Aníbal Fernández también fueron parte de la promulgación de la causa nacional.
Vale recordar que entonces el ex presidente defendió -ante una veintena de gobernadores, varios vicegobernadores, las autoridades de la Cámara de Diputados y del Senado, entre otros- la presentación realizada en La Haya afirmando que “Argentina se vio “obligada” a recurrir a esa instancia por la “violación del Estatuto del Río Uruguay (de 1975), que es ley para las partes”.
A cuatro años de aquel viernes 5 de mayo, y pese a las proclamas cargadas de retórica, el miércoles se intentó borrar de un plumazo lo escrito antes.
Otra vez se recurrió al léxico inasequible para la mayoría para explicar lo inexplicable.
De poco sirvieron las manifestaciones del Gobernador queriendo transmitir tranquilidad a nuestra comunidad porque ésta desapareció en un instante.
¿Y ahora qué? es la pregunta que todos nos hacemos.
Y las hipótesis que se tejen son muchas pero todas guardan un denominador común: la decepción.
Y si como sabemos, construir la confianza lleva tiempo y destruirla un segundo, habrá que ver quién gana y quién pierde.
Hasta que lo sepamos, se impone la prudencia: dentro de la comunidad y con los vecinos.
Para evitar el paso corto de dejar de ser víctimas y convertirnos en lo que no somos.
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